Alternativa para Alemania (AfD) nació en 2013 como partido euroescéptico, irrumpió en el Bundestag en 2017 y desde entonces se ha radicalizado tanto que se ha aislado del resto de la familia ultra europea. Tras lograr el segundo puesto en las elecciones europeas, con casi un 16% de los votos, aspira al primero en las regionales del este alemán del próximo septiembre. Está excluida como aliada en el espectro parlamentario alemán, pero hay visos de acercamiento desde la nueva izquierda populista de Sahra Wagenknecht.

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