Está siendo el momento internacional de Giorgia Meloni. Y ser la anfitriona de una cumbre del G7 –el grupo de los siete países democráticos más ricos del mundo: EEUU, Reino Unido, Francia, Alemania, Japón, Canadá e Italia– en Apulia no podía no colocarla en el centro de la escena, literalmente.

Conforme fueron llegando los mandatarios miembros ayer jueves por la mañana, la primera ministra italiana fue recibiéndolos personalmente, uno a uno, en la localidad de Borgo Egnazia. El resort de lujo construido en piedra, estos días está siendo el centro de las miradas en todo el mundo en medio de un férreo sistema de seguridad.

Muchos de sus huéspedes, como el francés Macron y el alemán Scholz, no están precisamente viviendo su mejor momento político y la tensión se palpó en varias ocasiones a lo largo del día de ayer. El presidente estadounidense, Joe Biden, se retrasó 20 minutos antes de ser recibido por la italiana; quien mientras aprovechó para hacerse un selfie con los periodistas.

A Meloni se le ha visto muy anfitriona, fruto también del momento de auge político que ella misma está protagonizando como líder ultraconservadora en Europa. Y un G7 es el mejor escaparate también como mandataria no sólo europea, sino occidental. En la primera foto de familia, con Giorgia Meloni en medio de la imagen, además de verse como única mujer mandataria de pleno derecho del G7, era también la única –al lado de Joe Biden, Emmanuel Macron, Olaf Scholz, Rishi Sunak, Ursula von der Leyen y Charles Michel, entre otros– que podía ostentar auge político en medio de líderes, de alguna u otra forma, en horas bajas.

Ucrania, el tema estrella

En la primera jornada de esta cumbre del G7 en Apulia, los temas tratados en las mesas de trabajo se han centrado en África, en el cambio climático y desarrollo y en Oriente Medio. Pero el tema estrella, sin embargo, ha sido el futuro de Ucrania. Un hecho que se ha enfatizado más aún con la presencia de Volodímir Zelenski, quien, tras haber sido recibido por la primera ministra italiana Giorgia Meloni en Borgo Egnazia, ha participado en una de las sesiones de trabajo junto al resto de líderes del G7.

Ha sido un viaje muy fructífero para el líder de Kiev, ya que en una misma jornada ha logrado dos grandes resultados: la obtención de cerca de 50.000 millones de dólares en forma de préstamo, que podrá ser empleado antes de final de año; y un acuerdo militar con Estados Unidos para la próxima década.

Después de meses de largas negociaciones, se ha encontrado una fórmula original para que sea la propia Rusia la que, de forma indirecta, financie la reconstrucción del país que Vladímir Putin atacó hace ya más de dos años.


Volodímir Zelenski conversa con Giorgia Meloni, Olaf Scholz y Justin Trudeau durante el encuentro del G7 en Fasano.

Reuters

La clave está precisamente en los capitales pertenecientes al Banco Central de Rusia, congelados en los países occidentales desde que empezó la guerra en Ucrania: 285.000 millones de dólares pertenecientes a Moscú están repartidos entre la Unión Europea, Estados Unidos, Reino Unido y Japón, de los que 210.000 se encuentran concretamente en Bélgica. Los fondos rusos, aún congelados, generan beneficios. Esos beneficios son los que pueden financiar Kiev a modo de préstamo.

Dicho de otro modo: Kiev recibirá unos 50.000 millones de dólares como préstamo por parte de los países occidentales para financiar su reconstrucción; donde los beneficios derivados de los fondos rusos serán la garantía de devolución del préstamo en sí, teniendo en cuenta que dichos beneficios oscilan entre los 3.000 y los 5.000 millones de euros anuales.

La medida no ha sido bienvenida en Moscú, donde la portavoz del ministro de Exteriores, Maria Zakharova, ha afirmado que si los países occidentales emplean los beneficios procedentes de los fondos rusos congelados, la respuesta de Rusia será “extremadamente dolorosa” hacia la UE. La anfitriona del G7, la jefa del Gobierno transalpino, Giorgia Meloni, lo tiene claro en relación al préstamo para Ucrania: “Es un resultado del que estoy orgullosa”.

El acuerdo de EEUU-Ucrania

A última hora de la tarde, ya cerca de las nueve de la noche, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden y su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski; ofrecieron una rueda de prensa en la que formalizaron un acuerdo de seguridad para la próxima década, en palabras de Biden, para “reforzar la capacidad de defensa de Ucrania”.

El acuerdo de seguridad, al margen del G7 aunque dado a conocer en Apulia en ocasión del mismo ante la presencia de Zelenski, prevé el compromiso de Estados Unidos con Ucrania para que el país disponga de medios militares para que pueda seguir defendiéndose de Rusia en el futuro.

Esta cumbre del G7, en su segunda jornada, se centrará en las migraciones, en el área del Indo-Pacífico y la seguridad económica, inteligencia artificial, energía y relaciones entre África y Mediterráneo.

Habrá muchos invitados que no pertenecen al G7, como el mandatario argentino Javier Milei, el turco Recep Tayyip Erdoğan y el indio Narendra Modi; que se verán eclipsados por la presencia del papa Francisco. Invitado personalmente por la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, para que intervenga en materia de inteligencia artificial; Jorge Mario Bergoglio será el primer pontífice en la historia en participar en una sesión de trabajo del G7.

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