Los dos primeros goles de la Eurocopa los marcaron dos jugadores de 21 años. Ambos de la selección alemana: Wirtz y Musiala, un dúo que quiso dejar claro a la primera que este torneo será para los tipos con hambre, descarados y sin excesivos complejos. Abierta la lata ya se atrevió todo el mundo y Alemania consiguió el resultado más abultado en el partido inaugural de una Eurocopa que comenzó con una inauguración similar a la de los ‘Coros y danzas’ de tiempos ancestrales, pero con ritmo de nuevo siglo, aunque sin más innovación: bailes, coros, música y banderas. A ver si se espabila un poco en las inauguraciones.

Alemania se lució a la primera en el primero con buenas conclusiones. Por ejemplo, que al árbitro solo se dirijan los capitanes. Es una excelente medida. También el papel de Nagelsmann, el entrenador más joven de la Bundesliga cuando entrenó al Hoffenheim con 28 años, y que debutó con un triunfo muy convincente. Delante está Escocia, que ya lo dio todo con el himno. Los jugadores y los aficionados. La selección es un poco como aquel grupo que cantaba “Viva la gente”, lleno de motivación pero necesitado de algún punto de excelencia. Da la sensación de ser un equipo sobrepasado de emociones pero carente de calidad. Muy al revés de una Alemania en la que hay cuatro jugadores impresionantes que luchan por tirar una falta y en la que Rüdiger le da siete golpes en la cabeza a Füllkrug tras marcar su gol, aunque se habían tirado de los pelos en el entrenamiento. Una pregunta tonta: ¿Por qué los entrenadores alemanes colocan siempre a Kimmich de lateral derecho? Y este sábado, la Roja. Un debut difícil en un grupo muy complicado. Una selección que tiene en las bandas juventud y descaro con Nico y Lamine y que sabe que el primer encuentro marca mucho el torneo. Delante estará Modric y mucho oficio. Un partidazo. Pinta bien esta Euro.



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