Las protectoras españolas recogieron en 2023 un total de 286.000 mascotas —170.000 perros y 116.000 gatos—, una cifra que se mantiene estable y que es inferior a la registrada en 2019, antes de la pandemia, cuando se tocó techo con 306.000 perros y gatos recogidos. Los datos los recoge cada año la Fundación Affinity, entidad perteneciente a la multinacional de comida para mascotas Affinity Petcare, a través de encuestas a 1.591 centros de acogida de animales en España.
Casi la mitad de estos animales (el 45% de los perros y el 49% de los gatos) son adoptados después. Entre un 15% de gatos y un 16% de perros permanecen en los refugios; el resto son devueltos, llevados a casas de acogida, cedidos a otras entidades o fallecen.
Un dato interesante es el drástico aumento de gatos recogidos en los últimos cinco años. En el año 2018 solo se contabilizaron 33.719 gatos recogidos, frente a los más de 100.000 actuales. «Su presencia en las entidades es cada vez mayor, en parte por la entrada temporal de gatos de colonias», recoge la fundación. «El uso del microchip y la esterilización son prácticas cada vez más necesarias». En 2023, el 46% de los gatos que se recogieron eran cachorros, el 48% adultos y el 7% sénior. Por contra, la mayoría (62%) de los perros recogidos eran adultos, un 24% cachorros y un 14% sénior.
A diferencia de los perros, que se recogen en el mismo número durante todo el año, los meses de mayo, junio y julio son el punto álgido en la recogida de gatos por su época reproductiva (entre abril y octubre es cuando nacen las camadas). Desde la entidad alertan de que este fenómeno «complica la labor de las entidades de protección animal dedicadas a ayudar a los gatos abandonados, que ven como en un período muy corto de tiempo recogen a los cachorros, les proporcionan los cuidados que necesitan para su superviviencia y desarrollo y gestionan su adopción».
Los motivos
¿Por qué se abandonan animales?
Los principales motivos son las camadas no deseadas, la pérdida de interés por el animal y sus problemas de comportamiento, además del fin de la temporada de caza o los factores económicos.
«Estos factores subrayan la necesidad de un mayor conocimiento sobre las responsabilidades que implica la llegada de un animal a nuestra vida», dice la directora de la fundación, Isabel Buil. «Un ejemplo es tomar conciencia de nuestra responsabilidad en el control de la reproducción para evitar camadas no deseadas. Otro caso es la necesidad de educar a nuestro animal, idealmente con ayuda de un profesional, para conocerle mejor y mejorar la convivencia».
El organismo da varios consejos para ayudar a mejorar la situación. Además de la educación, el control de la reproducción y la adopción «para equilibrar la balanza y paliar el problema del abandono», Buil insiste en la identificación. «Un 75% de los animales que llegaron a los refugios no tenían microchip a pesar de ser obligatorio. Solo el 27% de los perros y el 4% de los gatos lo llevaba», dice el informe. «Esta falta de identificación dificulta enormemente que los animales que se han perdido puedan ser recuperados por su familia».
«Llama mucho la atención que los porcentajes de animales con microchip que llegan a las protectoras sean mucho más bajos que los de perros y gatos en hogares, que son de 89% y un 51% respectivamente», concluye la directora. «Parece pues que el microchip es un indicador de tenencia responsable».
