El Tribunal Supremo de Estados Unidos, el mismo que derogó hace dos años la protección constitucional al derecho al aborto y devolvió la regulación a los estados, sumiendo al país en una regresión de los derechos reproductivos, ha dado este jueves una victoria a los defensores de esos derechos. En una decisión unánime, los nueve magistrados han rechazado restringir el acceso a la mifepristona, un medicamento que combinado con el misoprostol se emplea en casi dos tercios de las interrupciones del embarazo en EEUU y que más de 100 estudios han demostrado como seguro.

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