Un italiano, un austriaco, dos canarios y un venezolano. Podría ser el inicio de manido chiste, pero son los gentilicios de los lugares de origen de los cinco fugitivos a los que la Policía Nacional y la Guardia Civil han echado el guante en el último mes y medio en la provincia de Las Palmas.
Un implicado en un asesinato y miembro de una organización criminal dedicada al tráfico de drogas; el integrante de una red de tráfico de estupefacientes y robos; dos estafadores, y uno que aprovechó una charla de reinserción para escapar. Son sus perfiles delicuenciales.
En ocasiones, durante años burlaron la Justicia (en varios casos con requisitorias internacionales a sus espaldas) y eligieron Canarias para pasar desapercibidos: tres hicieron de Arrecife su guarida; uno corrió hasta Fuerteventura, y el otro se ocultaba en Las Palmas de Gran Canaria.
Los agentes los han devuelto al lugar del que nunca tendrían que haber logrado huir: la cárcel o la autoridad judicial competente. El último prófugo ha caído esta semana, apresado por los agentes de la Policía Nacional en la capital.
El delincuente, de 43 años, cuenta con una orden internacional de detención en vigor emitida por Venezuela, a consecuencia de una estafa a organismo público empleando criptomonedas.
El huido, en connivencia con otras personas, una de ellas un funcionario público del país de Sudamérica, desviaba recursos de una entidad bancaria, una operación fraudulenta de la que obtenía considerables beneficios, informa la Policía Nacional.
Los agentes lo situaron en Canarias, concretamente, tras múltiples pesquisas, en la capital. Fue localizado, detenido y puesto a disposición de la autoridad judicial competente. También se ha informado a la Audiencia Nacional, que decidirá sobre si lo extradita al país en el que cometió la estafa. Ha sido el último delincuente escurridizo engrilletado, pero no el único en este mes y medio.
Mafioso italiano
El primero en esta lista fue, el 23 de febrero, un italiano de 67 años que residía desde hace 15 en Lanzarote bajo una identidad falsa. Lo acompañaba un reguero de antecedentes: organización criminal dedicada al tráfico de drogas, participación en un asesinato con uso de arma de fuego, profanación de sepultura, lesiones con resultado de muerte, tenencia de armas y explosivos.
En la isla, en cambio, no había dado ningún problema. Bajo la falsa identidad, se comportaba como un ciudadano ejemplar. De hecho, fueron la suerte y la proeza de dos agentes locales quienes descubrieron quién era en realidad.
Los policías le dieron el alto al ver que circulaba de forma negligente por Arrecife y verificaron que carecía de permiso de conducción. A su vez, la carta de identidad italiana con la que se había identificado presentaba indicios de ser un documento falso.
En dependencias de la Policía Nacional confirmaron su verdadero nombre. Sobre él se había dictado en septiembre de 2019 una Orden Europea de Detención por los delitos ocurridos entre 1988 y 1995 en Italia.
Una charla en un instituto
Tres días más tarde, la Guardia Civil y la Policía Local de Pájara localizaron al preso que veinte días antes se había fugado cuando iba a dar una charla en un colegio de Lanzarote. El interno, de 48 años, aprovechó un despiste en el instituto, en que iba a hablar de concienciación, para salir corriendo. Llegó hasta Fuerteventura y se le detuvo oculto en un corral para animales.
Pero parece que Lanzarote es el lugar predilecto de los fugados. Los días 4 y 5 de abril, agentes de la Policía Nacional y la Local apresaron a los otros dos prófugos de esta lista. El primero, un austriaco de 44 años con orden internacional de detención por tráfico de drogas y delitos contra el patrimonio.
Al igual que el italiano, tenía una identidad falsa. Ha regresado a la cárcel a la espera de su extradición. Los delitos cometidos abarcan penas de hasta 15 años tras las rejas.
Pescando pulpos de manera ilegal, la Unidad de Protección Animal y del Medio Ambiente de la Policía Local de Arrecife (UPAM) detuvo a un hombre, canario, con una requisitoria del Juzgado de Instrucción número 1 de San Bartolomé de Tirajana por estafa. Al requerirle la pesca que llevaba (hasta doce kilos), no pudo presentar su documentación. Los agentes descubrieron el motivo.
Son las cinco investigaciones que han permitido sacar de circulación a los fugitivos que se movían por las islas, con identidades falsas, tratando de eludir y asumir los delitos cometidos.