Fue un calentón. Jairo, que entonces tenía 22 años, estaba con sus colegas tomando algo en el bar Casino de su pueblo, Turégano, una pequeña localidad segoviana de mil habitantes, cuando lo soltó: «¿Y si montamos una fiesta para los colegas, con dj y todo?». Se lo decía a Fran, un amigo, que siempre celebraba el cumpleaños con él. «Cumplimos los dos en enero, el 19 y el 20», cuenta por teléfono Jairo, que actualmente trabaja de ayudante de realización en una productora de televisión.