Los satélites en órbita terrestre baja (LEO) pueden perder su brújula cuando el clima espacial ofrece situaciones inesperadas. El problema afecta a la Estación Espacial Internacional, la estación espacial Tiangong de China y muchos satélites de observación de la Tierra. Los expertos sostienen que esta incertidumbre de posicionamiento aumenta el riesgo de colisiones orbitales peligrosas, incrementando el problema de los desechos espaciales.
Diferentes científicos y especialistas coinciden en un artículo publicado en Space.com que los satélites y otras estructuras que se ubican más cerca de la Tierra podrían verse considerablemente afectadas por las inclemencias del clima espacial, en el marco del incremento de la influencia del Sol al ingresar en el período de máxima actividad dentro del actual ciclo solar. Las consecuencias podrían aumentar el grave problema de la basura espacial.
Desviaciones peligrosas
Los expertos explicaron que los satélites en órbita terrestre baja (LEO) pueden desviarse cientos de kilómetros de sus trayectorias esperadas debido al impacto del clima espacial. Esto afecta a una gran cantidad de satélites, que requieren una posición cercana a la Tierra para cumplir sus objetivos. Al mismo tiempo, la Estación Espacial Internacional (ISS), la estación espacial Tiangong de China y una gran cantidad de proyectos de naves espaciales en desarrollo podrían verse igualmente afectados.
La falta de certidumbre en el posicionamiento incrementa en forma considerable los riesgos de colisiones orbitales: esto podría agudizar el complejo problema de los desechos espaciales, además de las pérdidas económicas y científicas relacionadas. «En altitudes de 500 kilómetros podemos determinar la posición de nuestro satélites con una precisión de 2 centímetros. Pero a altitudes más bajas, la ubicación se convierte en un gran problema cuando el clima espacial es más complejo», indicó Alex Saltman, CEO de la compañía satelital GeoOptics, dedicada a realizar mediciones meteorológicas de la atmósfera superior de la Tierra, en el artículo de Space.com.
Los científicos destacaron que la inexactitud en el posicionamiento es cada vez mayor cuando la altitud disminuye. Esto se debe a que el clima espacial afecta la densidad de la atmósfera superior de la Tierra: a medida que la densidad atmosférica disminuye naturalmente con la altitud, las variaciones causadas por el clima espacial impactan más cerca de la Tierra. De esta manera, con mayor densidad los satélites enfrentan más arrastre, ralentizando su dinámica y hundiéndose hacia nuestro planeta.
El problema del máximo solar
Si el posicionamiento de los satélites al ingresar a la órbita terrestre baja es complejo en situaciones normales, se vuelve aún más peligroso mientras nos acercamos al máximo solar, el período de mayor actividad del actual ciclo solar de 11 años. Los expertos esperan que este momento llegue a finales de este año, aumentando las tormentas solares y otros fenómenos con un gran impacto en el clima espacial.
Desde el último máximo solar en 2014, el número de satélites en órbita se ha multiplicado por siete. Al mismo tiempo, existen numerosos proyectos de naves espaciales en desarrollo que deberán superar esta zona densamente poblada para llegar a sus destinos. Si a esto le sumamos estructuras como las estaciones espaciales, queda claro que la región alrededor de la Tierra es cada vez más peligrosa: de no encontrarse una solución, la situación podría volverse aún más compleja en los próximos años.