Atención primaria.

Si hay una característica que define a la Atención Primaria y que la distingue de otros niveles asistenciales es precisamente el vínculo de confianza y de cercanía que se establece entre los profesionales y los usuarios. Es una relación que va mucho más allá de la atención clínica, puesto que el profesional acompaña al paciente a lo largo de toda la vida y llega a conocer en profundidad a la familia y a la comunidad. Esa atención personalizada y sostenida en el tiempo —que se conoce como longitudinalidad— genera unos lazos de confianza muy especiales y únicos entre ambos.