Prosigue Fernando Aramburu (San Sebastián, 1959) su labor como escriba de retratos humanos de la sociedad vasca con una novela dolorosa, atravesada por un potente rayo de esperanza, que se retrotrae a 1980 para recordarnos que en Euskadi no solo mataba ETA, también lo hacían catástrofes impensables como aquella que se llevó por delante a 50 niños en un colegio de Ortuella, un pueblecito próximo a Bilbao, a causa de una explosión de gas. Se titula ‘El niño’ (Tusquets) y sigue a Mariaje, la madre del pequeño, a su abuelo Nicasio, y a sus respectivas maneras de enfrentarse a uno de los duelos más terribles que existen: la muerte de un hijo, la muerte de un nieto. Cuando aquello ocurrió el escritor vasco afincado en Alemania tenía 21 años, poco después ejerció como maestro y ese recuerdo le ha acompañado de por vida hasta que cristalizó en esta novela.