Andreas Christensen lo resiste todo. El danés está viviendo un segundo curso en Can Barça repleto de complicaciones, pero ninguna de ellas logra apartarle de su camino. Elegante, discreto y sobre todo, regular en su rendimiento, el ex del Chelsea se vistió de héroe en París con un trascendental gol que recompensa su entrega. Pese a sufrir unas molestias por las que debería parar un tiempo, Andreas ha decidido seguir jugando para ayuar al equipo.
El zaguero lo bordó en su primera temporada como culé, pero en la presente se vio relegado cuando Xavi tuvo que ‘sacrificar’ a uno entre él, Kounde y Araujo en Do Dragao, el primer duelo de alto caché del curso. Dicha situación provocó algunas especulaciones en torno al futuro de Andreas. Discreto y profesional, el danés mantuvo el silencio y continuó trabajando con máxima profesionalidad.
Paralelamente, las dolencias en el tendón de Aquiles volvieron a aparecer, lo que convertía en todavía más complicada su misión de recuperar la titularidad en el centro de la zaga. Fue entonces cuando Xavi habló con el nórdico y le transmitió que su vía de escape para volver a ser importante podía estar en el pivote. Andreas aceptó el reto. No solo esto, sino que cumplió con creces por delante de la defensa. Lejos de ponerse nervioso, Christensen hizo de la sencillez su mejor virtud. Y se instaló en el once de gala como mediocentro.
Cuidados intensivos de los servicios médicos
Pero en el último mes, los problemas físicos han vuelto a pasarle factura. De hecho, lo ideal a nivel médico sería que Andreas parara un tiempo para poder recuperarse del todo. Comprometido con el equipo, la decisión del nórdico ha sido la de ir tirando hasta final de curso para poder ayudar. El zaguero no está al cien por cien y lo paga cuando enlaza carga de minutos en poco tiempo. Los servicios médicos y los fisioterapeutas le están tratando con todos los cuidados posibles, logrando que al menos Christensen pueda rendir a un 70-80%.
Solo se ve siguiendo en Barcelona
No son días sencillos para el ex del Chelsea, que en París vivió un dulce cumpleaños gracias al importantísimo tanto que anotó. La amarilla que vio, eso sí, le impedirá jugar la vuelta. Cuando marcó, sus compañeros fueron especialmente cariñosos con él, pues Andreas es muy querido en el vestuario. Nunca pone una mala cara y sus compañeros lo y le valoran. En un club como el Barça, y más ahora que hay urgencia económicas, las especulaciones son constantes, pero Christensen sigue teniendo claro que su futuro está en Barcelona.