La vitamina C cumple una función importantísima para el funcionamiento de nuestro cuerpo. Se trata de un poderoso antioxidante que protege nuestras células, repara y promueve el crecimiento de los tejidos de nuestro cuerpo y nos previene de enfermedades crónicas, entre otras cosas.
Su adquisición siempre ha estado muy ligada a la naranja, erigiéndose como el alimento canónico para adquirir vitamina C. Sin embargo, sus propiedades no son perfectas y, entre otras cosas, contiene un alto nivel de azúcar y también de calorías, contribuyendo al aumento de peso.
Por ello, muchas personas optan por otro tipo de productos para ingerir vitamina C y que no tienen un tan alto nivel calórico. Los tres más destacados son el perejil, el pimiento rojo y el kiwi.
El perejil contiene un alto contenido en vitamina C
Si bien el zumo de naranja es uno de los alimentos con más vitamina C, el perejil es uno de los pocos que lo supera. Por cada 100 gramos del zumo, encontramos 50 miligramos de vitamina C. No obstante, por cada 100 gramos de perejil, hayamos 133 miligramos de vitamina C. Casi el triple.
Este producto se puede aplicar prácticamente en cualquier receta y su uso está más que recomendado. Por precaución, la Fundación Española de la Nutrición (FEN) recomienda, eso sí, conservarlo adecuadamente, pues pierde sus propiedades fácilmente.
El pimiento rojo, una gran fuente de vitamina C, entre otras cosas
Un alimento que la gente no suele asociar al contenido de vitamina C es el pimiento rojo. Tiene 127,7 miligramos de ácido ascórbico por cada 100 gramos de alimento y una cantidad de calorías ínfina. Además, es una gran fuente de proteínas, hidratos de carbono y vitamina B6.
El kiwi: menor fama que el zumo de naranja natural, pero más vitamina C
Si bien la vitamina C suele asociarse al consumo de naranja, pocas veces suele hacerse al del kiwi. Sin embargo, este fruto contiene 92,17 miligramos de vitamina C por cada 100 gramos, casi el doble que la del zumo de la naranaja.
Además, también aporta una cantidad moderada de hidratos de carbono en forma de azúcares y fibra, sobre todo de tipo soluble.