Viajamos hasta el municipio de Isábena para poner un pie en la pequeña localidad de Roda de Isábena, un pueblo en el que a día de hoy viven menos de medio centenar de personas y es uno de los más ‘bonicos’ de Aragón. Puede pensar el viajero que se trata de un enclave rural sin grandes atractivos, pero no conviene menospreciarlo, ya que cuenta con la catedral más antigua de Aragón y la más pequeña de España. Además, forma parte de la lista de Pueblos más bonitos de España desde 2019.
Arrancamos nuestro paseo por el coqueto casco histórico, donde el viajero va a descubrir estrechas calles empedradas, casas de piedra y un sinfín de edificios que merecen ser descubiertos, como el Portal de Santa Ana (que en el pasado fue puerta de entrada a la población), el puente románico de San Jaime, el palacio fortificado del Prior o diferentes ermitas como la de San Salvador o la de San Mamés.
Catedral de Roda de Isábena: la joya de la corona
Tras un agradable paseo llega el momento de conocer la joya de la corona de Roda de Isábena, su catedral. La encontramos en el centro del pueblo y, a primera vista, descubrimos dos espacios bien diferenciados: la iglesia y el claustro.
En su fachada los elementos románicos se aprecian en cada detalle y nada tienen que envidiar a otras iglesias románicas dispersas por nuestra geografía. Nada más poner un pie en la iglesia descubrimos sus tres naves cerradas en tres ábsides semicirculares de estilo románico y, a los pies de la cabecera, se encuentra una cripta dividida en tres estancias.
El claustro conserva numerosas inscripciones necrológicas esculpidas en algunos capitales, mientras que también son de una belleza sobrecogedora el pórtico de la sala capitular y las pinturas murales románicas que adornan la estancia.
Orígenes de la catedral más pequeña de España
La catedral que contemplamos hoy en día no es la primera que se alzó en Roda de Isábena, ya que en el siglo X esta localidad fue capital del condado de Ribagorza y sede episcopal, por lo que se levantó un templo que fue consagrado en el año 956. Medio siglo después, el hijo de Almanzor (canciller del Califato de Córdoba), Abd al Malik al Muzaffar saqueó la villa destruyendo la catedral. Y cuatro años después, en 1010, cuando los cristianos recuperaron Roda de Isábena comenzó la construcción de la nueva catedral que hoy visitamos y que fue consagrada en el año 1030.
Otro punto fuerte para el viajero que llegue a la localidad con la catedral más pequeña de España es su gastronomía, ya que en Roda de Isábena se pueden encontrar algunos establecimientos que sirven comida tradicional de la región. Los quesos de oveja, la miel y los embutidos son imprescindibles, pero si decides comer en la Hospedería de la Catedral, además de ser un lugar impresionante, no puedes dejar de probar sus carnes.
Y, después de un buen festín, nada mejor para bajar la comida que una interesante caminata para descubrir los paisajes naturales alrededor de Roda de Isábena. La población se alza sobre un promontorio que domina el acceso al valle del río Isábena y, por tanto, es un enclave perfecto para hacer alguna de las rutas senderistas establecidas. La más destacada, PR-HU 48, ofrece bellos paisajes a lo largo de un recorrido de 8’5 kilómetros que finaliza en la población de Merli. Y los amantes de los deportes blancos deben saber que las estaciones de Cerler y Boí Taüll se encuentran relativamente cerca.
En resumen, Roda de Isábena es un destino perfecto gracias a su interesante historia, su cultura (tienen varios festivales y fiestas importantes a lo largo del año), naturaleza y gastronomía. El viajero que llegue a este enclave podrá contemplar la catedral más pequeña de España a la vez que disfruta de una fantástica escapada.