Suena el teléfono. Una psicóloga lo descuelga. Pregunta y escucha. Al otro lado de la línea habla la madre de una adolescente víctima de violencia sexual. «He visto en el móvil de su padre que ha enviado una foto de mi hija casi desnuda a un grupo de WhatsApp. Los integrantes del grupo contestaban que mi hija estaba muy buena y que tenía pechos grandes, a o que el padre respondía afirmativamente».