Hay estrellas que parecen destinadas a apagarse antes incluso de llegar a brillar con su máxima fuerza. Estos astros se convierten en fugaces cometas que aparecen en el cielo para desaparecer por completo cuando uno menos se lo espera. Marcus Rashford, si nadie lo remedia, está encaminado a convertirse en uno de ellos.
Pocas irrupciones han generado tanta atención como la del delantero del Manchester United hace ya casi una década. Su explosión en Inglaterra parecía augurar el nacimiento de uno de los mejores jugadores del planeta, un delantero capaz de echarse a su equipo a las espaldas a pesar de su sorprendente juventud.
Las temporadas siguieron pasando, algunas con más acierto que otras, aunque lo cierto es que Rashford nunca ha acabado de explotar aquel rendimiento esperado que prometía en sus inicios. En un Manchester United en horas bajas es más complicado poder brillar, aunque su aparición parecía ser la última solución a los incontables problemas de un club que parece encaminado a la deriva con los años.
Un rendimiento preocupante
Si la temporada anterior Rashford se mentalizó para liderar a su equipo como siempre se esperaba, esta campaña el jugador parece haber olvidado por completo cualquier atisbo de optimismo en mejorar su rendimiento. La actualidad del jugador ha estado más centrada recientemente en incendiarias polémicas por fiestas nocturnas que por sus goles o asistencias en el terreno de juego.
El delantero, que había descansado en Stamford Bridge en la enésima debacle del Manchester United esta temporada, volvía a ser de la partida inicial contra el Liverpool este domingo. Como su equipo en general, Rashford estuvo desaparecido durante casi todo el encuentro. Por si fuera poco, tuvo que retirarse tras una hora de partido por una lesión de la cual se desconoce el alcance real.
Cada vez queda menos para la Eurocopa, un torneo que debía ser la confirmación del delantero inglés como uno de los mejores jugadores del mundo. Sin embargo, el último parón de selecciones confirmó que Rashford ya no es intocable en el esquema de Southgate; solamente un cuarto de hora disputado en los dos partidos con Inglaterra fueron un serio aviso de que nadie tiene el lugar asegurado en un equipo al que si algo le sobra es talento.
El atacante tiene por delante siete partidos del campeonato inglés para poder revertir una situación complicada. Le sobra talento, aunque hace falta comprobar si el jugador quiere demostrar a cualquier crítico que están equivocados. Su momento es ahora.