Pablo Casado, exlíder del Partido Popular (PP), ha vuelto a la escena pública este lunes durante la inauguración de ‘Artículo 14’, un nuevo periódico digital liderado por la periodista Pilar Gómez. En el evento, celebrado en el Espacio Larra de Madrid, Casado estuvo acompañado por su esposa, Isabel Torres, y posó para las cámaras junto a antiguos colaboradores como Pablo Montesinos, María Pelayo y José Sánchez Arce, quienes ocuparán cargos de subdirector, responsable de relaciones institucionales y editor, respectivamente.
El lanzamiento contó con la presencia de destacadas figuras del PP, incluyendo a Cuca Gamarra, secretaria general del partido; Elías Bendodo, coordinador general; Borja Sémper, portavoz y vicesecretario de Cultura; Pedro Rollán, presidente del Senado; Inmaculada Sanz, vicealcaldesa de Madrid; y personalidades como Ignacio López del Hierro, Fátima Báñez y Carmen Calvo, entre otros.
Tras dos años alejado del foco político desde que Alberto Núñez Feijóo asumiera la presidencia del PP el 2 de abril de 2022, Casado reaparece tras el conflicto interno que sacudió al partido, marcado por una disputa con Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid. La tensión alcanzó su punto álgido con acusaciones cruzadas de espionaje y corrupción, incluyendo una polémica sobre comisiones recibidas por el hermano de Ayuso durante la pandemia, caso que posteriormente fue desestimado por la Fiscalía.
El 23 de febrero de 2022, Casado convocó a los líderes regionales del PP para mostrar su apoyo a Feijóo, quien prometió en Sevilla unificar el partido y sanar las divisiones existentes.
La nueva vida de Casado
Casado, que ahora trabaja en un fondo de tecnología y defensa, ha reaparecido este lunes en la presentación de este nuevo medio -que ha tenido lugar en el Espacio Larra de Madrid- a cargo de su directora, Pilar Gómez, y de José Sánchez Arce, editor del periódico.
Dos años después de aquella profunda crisis que dejó muchas heridas, fuentes de su entorno confiesan haber abierto otra etapa. «Hemos pasado página», dijo recientemente a Europa Press una de las personas que acompañó a Casado hasta su despedida y que no cree que tenga ninguna intención de volver a la política.
El día que Casado señaló a Ayuso por las comisiones de su hermano
Corrían días oscuros en Génova, cuando Pablo Casado salió al paso de todas las filtraciones que apuntaban a una suerte de espionaje a Isabel Díaz Ayuso por un contrato sombrío con una empresa en la que figuraba el hermano de la prensa y cuyo objeto era la compra de mascarillas en plena crisis del coronavirus. El entonces líder del Partido Popular no titubeó ante los micrófonos de la Cadena COPE. En el programa que presenta Carlos Herrera, el ex jefe de la oposición aireó públicamente un caso de mordidas -similar al de la causa que gira en torno al ex asesor de José Luis Ábalos-, pero que acabó con la líderesa madrileña bajando el pulgar para la decapitación pública del que en tiempos fue uno de sus amigos íntimos. El resto, como suele decirse en estos casos, es historia.
Arrinconado por un aluvión de titulares que apuntaban a una suerte trama de espionaje interna en Génova, Pablo Casado acudió a los estudios centrales de COPE en una jornada que sería la puntilla a su escueta carrera política. El entonces líder del Partido Popular se puso frente al micrófono azul de la emisora de los obispos y ante la presencia de Carlos Herrera para explicar el expediente que se le abrió a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, para investigar el cobro de 280.000 euros por parte de su hermano Tomás a través de una sociedad cuyo propietario mantiene amistad con su familia. De hecho, fue el Gobierno regional el que adjudicó el contrato por un montante de 1.500.000 euros para la compra de mascarillas durante los meses más duros de la pandemia del coronavirus.
Aparecieron las primeras informaciones a modo de filtraciones que desde Sol interpretaron como el inicio de una guerra sucia que se cobraría la vida de Pablo Casado. Fue precisamente en esa entrevista en Herrera en COPE, donde el expresidente de los populares cargó su fusil contra la que fuera uno de sus apoyos “durante 17 años”. Lejos de acabar con la vorágine de reproches y acusaciones cruzadas entre las partes, que oscilaban entre el “espionaje” y la “traición”, se recrudeció la tormenta.
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