Noviembre de 1988. Fue la primera vez que el Estado se comprometió a dotar a Extremadura de una línea de alta velocidad. En esa fecha se anunció el inicio del estudio informativo para que Madrid y Lisboa estuvieran unidas por un AVE, que pasaría por la comunidad extremeña y, en aquel momento, desviándose también hasta Puertollano (Ciudad Real). El trazado debía estar terminado entre 1995 y 1996. Lo que pasó a partir de ahí ya es de sobra conocido: la alta velocidad nunca llegó. Sigue sin hacerlo. Y, otra vez, vuelve a estar un poco más lejos.