En las últimas semanas suena con fuerza el debate de fijar para siempre la fecha de la Semana Santa, una fiesta establecida como móvil en el calendario litúrgico hace diecisiete siglos, desde el Concilio de Nicea, celebrado en el año 325. La decisión, que está en manos del Papa Francisco y del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, las dos cabezas dirigentes de las iglesias cristianas católica y ortodoxa, se plantean celebrar la Semana Santa en adelante en la tercera semana de abril, lo cual llevaría el Martes de Carnaval a la primera semana de marzo, cambiando para siempre la fecha de celebración de una fiesta central para Las Palmas de Gran Canaria.