Saber reaccionar es parte del ADN de las campeonas. Así lo consiguió hacer España este martes antes la República Checa (3-1) en un partido en el que dieron una imagen totalmente desdibujada en la primera parte. Sin embargo, las campeonas de la Nations y del Mundial consiguieron revertir la situación en el segundo tiempo para terminar la jornada como primeras de grupo en esta ronda de clasificación para la Eurocopa de 2025.
En un inicio, sin embargo, la selección dio una cara a la que no estamos acostumbrados. Lejos de esa seguridad que amedrenta rivales, España fue inofensiva. Tomé probó un 3-4-3, un sistema nada habitual en la selección, que acostumbra a contar con 4 defensas. Con el gesto torcido, la seleccionadora veía desde los primeros instantes que su invento no estaba funcionando.
Presión checa
Las once elegidas se plantaron en el césped y en el mismo instante en que empezó a rodar el balón empezó la incomodidad. Los huecos no estaban donde siempre, el balón no corría igual y las futbolistas erraban de manera estrepitosa. Entre la precipitación y la incertidumbre, a España le faltó pausa. Un exceso de frenetismo que le complicó más de lo esperado el encuentro al conjunto local. La selección española no estuvo cómoda ni con ni sin balón. No conseguían combinar con facilidad, en parte por culpa de la presión individual de República Checa, que asfixió al centro del campo.
Hasta el segundo tiempo no se movió el marcador. Y lo hizo contra los intereses de España. Sonntagova, desde la frontal del área y con un latigazo imparable para Misa bajo palos, adelantó a República Checa sin piedad. Las españolas, sin embargo, resolvieron la situación en tan solo un minuto gracias a un testarazo de María Méndez desde dentro del área. Reacción automática.
Ante 10.000 espectadores
Con el empate en el marcador de nuevo, España se reordenó. Y recuperando la confianza, a la República Checa le duró 5 minutos la esperanza. Mariona centró con música un balón para Jenni Hermoso, que ya ubicada dentro del área, se tiró para acompañar la bola hasta el fondo de la red. Ya por delante en el marcador, España volvió a ser reconocible.
Con la calma y el sosiego, la selección española recuperó la versión futbolística que tanto engancha. Con decisión, tacto y velocidad, empezó a combinar a un ritmo mucho mayor. La entrada en el verde de Salma Paralluelo y Vicky López ayudó a transitar y romper líneas. Tal y como hizo Mariona. Tras una recuperación de Jenni Hermoso en el centro del campo, la madrileña habilitó a la balear, que con un recorte se plantó sola delante de la guardameta rival. Ajustó el balón, bien pegadito al palo, totalmente inalcanzable para firmar el tercer tanto del encuentro.
España se marcha de El Plantío (Burgos) con tres grandes noticias. La primera, la victoria, que en algunos momentos parecía muy lejana. La segunda, la primera plaza en el grupo. Y la tercera, y a lo mejor la más reconfortante, el llenazo absoluto en el estadio burgalés, al que acudieron 9.982 personas. Una imagen que cada vez es más habitual y que refleja como todo está cambiando.