Solo el capítulo dedicado a los pactos postelectorales a partir de 22 de abril han logrado elevar la tensión de un debate en el que todos los partidos sin excepción han atacado al PNV, incluido su aún socio de gobierno, el PSE. El candidato jeltzale, Imanol Pradales, no se ha dejado ver en el plató de la Radio Televisión Española, se reserva, como el de Bildu, para el debate que este miércoles se celebra en la televisión autonómica, pero su sustituto, Joseba Díez Antxustegi, ha tenido que defender la postura del partido ante un panorama complicado para los jeltzales, que por primera vez pueden perder la hegemonia nacionalista, y aunque ha buscado permanentemente la confrontación con Bildu, no ha cerrado la puerta a un pacto con esta formación.
Ha sido un debate inédito en el que la memoria de ETA apenas ha sido nombrado por el candidato socialista Eneko Andueza una sola vez. Y ha sido para sugerirle a la portavoz de Bildu, Nerea Kortajarena, que tenía la oportunidad para condenar en directo «la violencia de ETA» y abrir así «un nuevo tiempo en Euskadi» que permitiría el acuerdo entre socialistas y abertzales. No ha obtenido respuesta.
Toda la izquierda, también Bildu, ha intentado por el contrario mostrar las contradicciones del PSE y arrinconarle, intentando poner en evidencia que es una formación lastrada por sus años de gobierno con el PNV y que eso le deslegitima de alguna manera como formación de izquierdas.