Si algo tiene Supervivientes es que la convivencia entre concursantes supone un reto tan difícil como las pruebas que presenta el programa o la propia aventura de estar en una isla desierta de Honduras. Las cámaras, siempre presentes para captar las interacciones de los personajes, son testigos de todo lo que ocurre en Cayos Cochinos y luego, por la noche, se emite en los diversos programas.
En esta edición del 2024 los primeros roces no tardaron en aparecer. Las discusiones arrancaron antes incluso de lanzarse desde el helicóptero. Ya en la convivencia previa que realizan los participantes para ir aclimatándose, algunos como Aurah Ruiz, Ángel Cristo o Carmen Borrego cruzaron fuertes palabras, dejando claro que la relación no iba a ser la mejor una vez llegasen a la isla.
Pero no solo los participantes que ya tenían rencillas de antes, las parejas tampoco se salvan. Y si no que se lo digan a Claudia Martínez y Mario González. Ambos están en esta edición de Supervivientes, participando a la vez que son novios. Una situación que muchos han catalogado como de ventaja, ya que cada prueba o reto, buscan ayudarse el uno al otro. Sin embargo, con el paso de las semanas se han visto discusiones que en los primeros días no había. Un síntoma claro de lo que provoca el concurso.
La discusión entre Claudia Martínez y Mario González
Hasta el más pequeño gesto puede ser malinterpretado en Supervivientes. Da igual que sean conocidos, amigos o pareja, la tensión del programa lleva a los concursantes a un límite en el que saltan chispas cada poco y por nada. Precisamente esto fue lo que pasó con Mario y Claudia. El concursante quiso mover una palmera para techar la zona de las camas en caso de que llegase la lluvia, pero en ese momento estaba su novia junto a Aurah que le comentaron que esperase un poco para hacerlo.
«Ahora no, que estoy aquí. ¿Pero puedes esperar?«, le señaló Aurah, apoyada por Claudia. «Ahí no bebé. Aquí dormimos. Ahí también hay troncos bajitos». Una reacción que no gustó a Mario, optando por irse enfadado. «Hacedlo donde queráis vosotras«. Poco después volvió a haber un roce cuando Mario quiso ayudar a Claudia a hacer unas cañas. «Si lo estoy haciendo yo lo hago yo, que no tengo cinco años», fue la contestación que recibió el concursante.
Una situación muy tensa que llegó a su punto álgido en la comida. Mario quiso sentarse junto a su novia a comer, pero esta no le recibió con agrado. «Como estamos de verdad. Estoy flipando contigo hoy de verdad«, acabó por estallar el superviviente, que se fue por donde había llegado. Como cualquier otra pareja, las discusiones pueden tener solución y, en este caso, hubo un final feliz.
Después de la comida, ambos se reencontraron en el agua donde se dieron disculpas mientras se fundían en un abrazo. Una resolución del conflicto que puede suponer para lo que queda de programa o ser una tregua entre los roces que se viven en Supervivientes.