Las tropas israelíes se ha retirado del sur de Gaza dejando atrás un paisaje ruinoso y muchas preguntas sobre los próximos pasos de una guerra que ha entrado en su séptimo mes de hostilidades. El repliegue militar ha dejado la Franja sin zonas activas de combate, por primera vez desde la tregua pasajera de noviembre, con un único batallón israelí desplegado en el centro del enclave para impedir el movimiento de los palestinos entre el norte y el sur del territorio. Si bien todo son especulaciones sobre los verdaderos motivos de la retirada, el gesto ha redoblado las esperanzas de que pueda ser la antesala de una tregua acompañada por nuevos intercambios de prisioneros. Pero, al mismo tiempo, ha reavivado las críticas contra Binyamín Netanyahu y las amenazas de la ultraderecha para abandonar su Gobierno si aborta la prometida invasión de Rafah.