La inflación interanual en España y en general en la Unión Europea (UE) continuó bajando en febrero, hasta quedarse en el 2,8 % interanual, con lo que pasó a ser menos de la mitad de la media de la OCDE, que se mantuvo sin cambios en el 5,7 %.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que publicó este lunes los datos agregados de sus miembros, destacó en un comunicado que la inflación de los alimentos disminuyó en febrero por decimoquinto mes consecutivo y se quedó en el 5,3 %, un punto menos que en enero.
Eso significa que el incremento interanual de los alimentos por primera vez desde noviembre de 2021 pasó a ser inferior a la inflación general.
La energía, por su parte, creció en doce meses un 6,4 % hasta febrero, frente al 6,6 % en enero.
En febrero, la inflación disminuyó en dos tercios de los países de la OCDE, en particular en los europeos, y esos descensos fueron particularmente intensos durante ese mes en Polonia (nueve décimas, al 2,8 %) y en Suecia (nueve décimas, al 4,5 %).
En el conjunto de la UE, la rebaja fue de tres décimas al 2,8 % y de dos décimas en la zona euro, al 2,6 %.
En España, la caída en un mes fue de seis décimas al 2,8 %, con una inflación alimentaria alineada con la media de la OCDE (5,3 %, frente al 7,4 % un mes antes) y netamente superior a la de la UE (3 %) y a la de la zona euro (3,3 %).
El encarecimiento interanual de la energía en España, por el contrario, fue algo inferior al de la eurozona (3,1 %) y al de la UE (3,5 %).
En Estados Unidos, la inflación global repuntó ligeramente en febrero (una décima, al 3,2 %).
Más significativo fue el ascenso en Chile, donde la inflación progresó en siete décimas al 4,5 %.
En Colombia, se moderó pero continuó siendo la segunda más elevada de la OCDE (7,7 %, seis décimas menos que en enero). En México, la inflación se redujo cinco décimas al 4,4 %.
Costa Rica volvió a ser una vez más el único de los miembros de la OCDE con una inflación negativa en febrero (-1,1 %, después del -1,9 % en enero).
En el otro extremo, Turquía, que sufre un proceso de hiperinflación desde hace tiempo, se desmarcó una vez más del resto de la OCDE en febrero con un incremento de 2,2 puntos porcentuales en un solo mes hasta el 67,1 % interanual.