Yo había notado algo, pero no sabía a qué atribuirlo. Luego me enteré por la prensa de que el deshielo había frenado la rotación de la Tierra: damos menos vueltas por minuto o por hora, no sé, y los cuerpos lo notan. ¿Cómo? Pues del mismo modo que cuando el autobús frena y has de cogerte a la barra porque la inercia te empuja hacia adelante. O como cuando las escaleras mecánicas se detienen de pronto, contigo dentro, y notas una pérdida del equilibrio. La Tierra da vueltas a menos velocidad, pero sus habitantes continuamos moviéndonos al ritmo anterior, lo que provoca un desajuste físico que repercute también en lo mental: hay más gente con problemas de vértigo que nunca.