El Athletic Club ya es campeón de Copa y todos los equipos que conviven en el alambre de los puestos europeos se frotan las manos con una nueva posibilidad de jugar competición continental la temporada que viene. A día de hoy y a falta de ocho jornadas para que LaLiga baje el telón, es el Valencia CF quien ocupa la séptima plaza que ahora concede un billete para jugar la todavía bisoña Conference League. Aún así, el equipo de Rubén Baraja debe completar un final de temporada de mucho nivel si quiere culminar el sueño de Europa. Los 44 puntos ahora registrados en el casillero son solo dos más que los que ostenta el Betis. Por otro lado, cinco menos que los 49 que acumula la Real Sociedad en su sexta plaza que da pase a Europa League. Los precedentes casi obligan a pensar en que el Valencia deberá sumar el 50 por ciento de los 24 puntos que todavía quedan en juego para tener opciones de terminar la temporada en el ‘top7’.
La Conference League únicamente tiene tres ediciones de vida contando la actual, aunque solo la de 2022/23 contó con representación española. Osasuna debió disputarla este curso al terminar séptimo en la pasada liga pero no superó la fase previa. En cualquier caso, salvo pequeñas excepciones, las últimas temporadas de liga evidencian que quien quiera la séptima plaza deber rozar los 60 puntos, una meta que el Valencia todavía ve de lejos. En la 2019/20, fue el Granada de Diego Martínez el equipo que amarró el séptimo puesto con 56 puntos. Los dos cursos siguientes, ya con el premio de jugar Conference en juego, el Villarreal repitió en el top7 con 58 y 59 puntos respectivamente. El Submarino, sin embargo, no jugó la primera edición de la nueva competición continental al sacar un billete para jugar la Champions tras ganar la Europa League en una tanda de penaltis agónica contra el Manchester United. Y la campaña pasada fue en la que el séptimo lugar se vendió más barato, con Osasuna logrando ese objetivo con 53 puntos.
Difícil imaginar que un puntaje tan ‘bajo’ pueda repetirse, aunque lo cierto es que el retrato de la clasificación el curso pasado tras la jornada 30, la misma altura en la que se encuentra la presente edición de LaLiga, no es muy distinta a la imagen de la actualidad. 44 puntos son los que ahora le sirven al Valencia para ser séptimo y 46 los que le sirvieron al Athletic Club para ser séptimo a falta de ocho jornadas en la anterior campaña. Ese pues acabó en manos de Osasuna con 53, por lo que el límite del top7 solo experimentó un aumento de siete puntos en el tramo final.
Bien distinto, y seguramente más realista, fue el devenir de la temporada 2021/2022: tras la jornada 30 el séptimo clasificado acumulaba 45 puntos, pero esa misma posición terminó con 59 puntos en el casillero. Es decir, una suma de 14 puntos en ocho fechas. Estos precedentes son solo algunas pistas que puede tener el Valencia de Baraja sobre cuál es el camino que debe recorrer en este esprint final de competición.
Baraja sube el nivel
Haya premio europeo o no, lo que es evidente es que Baraja va a firmar una de las mejores temporadas de los últimos cinco años en el club, con posibilidades incluso, aunque complicadas, de ser la mejor. Los 44 puntos actuales ya superan los 43 y 42 con los que se terminaron las temporadas 2020/21 y 2022/23 respectivamente. Además, amenazan los 48 del curso 21/22 y low 53 del 19/20, que apuntan a ser superados. Los 61 puntos de la 18/19 parecen un objetivo mucho más complejo. En cualquier caso, otro dato irrefutable es que, por primera vez en los últimos cinco años, el Valencia CF pisa puestos de competición europea en una fase tan avanzada de la temprada. El efecto del Pipo.