En el tranquilo pueblo de Piedrabuena, en Ciudad Real, se esconde un taller que va más allá de ser un lugar de reparación de automóviles. Es el taller de Paco Becerro, un amante de los coches clásicos, en particular del Citroën DS, conocido cariñosamente como «Tiburón«. Con sus afiladas líneas y su característica suspensión hidroneumática, el DS es un símbolo de elegancia y tecnología de vanguardia de su época.
La historia de Paco con el Citroën DS comenzó cuando era apenas un niño, inspirado por su padre, quien poseía este mismo modelo, más económico pero también impresionante en tecnología para su tiempo. «Ver aquel coche que era como un deportivo, que subía, que bajaba, que el velocímetro era como una lupa, pues me enamoré de la hidroneumática de Citroën, inevitablemente«, ha recordado Paco en la Tarde de COPE.
Taller exclusivo para el Citröen DS
Años después, con 24 años, Paco compró su primer Citroën DS por 413.000 pesetas, una inversión que requería de un préstamo, pero que valió cada céntimo para él. Desde entonces, su pasión por estos coches clásicos solo ha crecido, llevándolo a abrir un taller dedicado exclusivamente a la restauración de estos legendarios vehículos.
«Empezó de cero, como el que desmonta un reloj y empieza a entender cómo funciona el mecanismo», ha comentado Javi Nieves, sobre los inicios de Paco en este mundo. Con manuales en francés y un deseo de aprender, se sumergió en el desafío de restaurar estos coches, muchos de los cuales estaban en condiciones desastrosas por el paso del tiempo.
En su taller, Paco y su equipo de cuatro personas se dedican en cuerpo y alma a cada vehículo. «Fabricamos un coche desde cero», explica. Desmontan por completo el chasis, recuperan cada pieza posible, refabrican elementos hidráulicos y mecánicos, y buscan proveedores europeos para las piezas que ya no se pueden recuperar. El proceso es meticuloso y laborioso, pero el resultado es un Citroën DS restaurado a su antigua gloria, en perfecto funcionamiento y listo para volver a las carreteras.
De peluquera a mecánica: la historia de Alba
Uno de los miembros clave del equipo es Alba, quien a pesar de haber estudiado peluquería inicialmente, siempre tuvo una pasión por los coches clásicos. «Siempre tenía metido en la cabeza que o iba a ser peluquera o iba a ser mecánica. Pero claro, cuando tú a tu madre le dices que quieres ser mecánica, ¿cómo vas a ser mecánica? Lo suyo es ser peluquera. Bueno, pues como soy muy cabezona, igual que Paco, pues estudié peluquería. Y me saqué los estudios y fui peluquera. Pero yo siempre me he metido mucho en lo que es el coche, la automoción. Siempre tenía esa espinita del clásico», ha comentado Alba.
Su habilidad para evaluar y restaurar cada coche como una pieza única con su propia historia, le ha ganado un lugar importante en el taller de Paco. «Para mí, y como a Paco, le ponemos mucho valor sentimental. Cuando se va el coche, a mí me da pena, pero sé que va a volver», comparte sobre la conexión emocional que siente con cada vehículo que pasa por el taller.
Los Citroën DS restaurados por Paco y su equipo no son simplemente automóviles, son pedazos de historia sobre ruedas. «Son coches con alma», ha mencionado Pilar Cisneros. Con su diseño elegante y su tecnología innovadora, han conquistado el corazón de los amantes de los coches clásicos. Aunque pueden tener algunas limitacionesen las ciudades modernas debido a sus características, para Paco, Alba y su equipo, la pasión y el amor por estos vehículos va más allá de la funcionalidad diaria.
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Así, en el taller de Paco Becerro en Piedrabuena, se respira historia, dedicación y amor por los coches clásicos. Un lugar donde los «Tiburones» renacen para volver a rugir por las carreteras, recordando a todos que, aunque el tiempo pase, la belleza y la elegancia de estos automóviles perdurarán por siempre.