La Federación Andaluza de Memoria Democrática ha denunciado que el alcalde de Sevilla reivindique el nombre de los golpistas Carrero Blanco y Ramón de Carranza, desaparecidos del callejero en 2008, en cumplimiento de la Ley de Memoria de 2007.

Esta cuestión parecía ya estar más que superada por la ciudad, pero ahora la recupera el primer edil en la información de servicio del Ayuntamiento que hace referencia a los cortes de tráfico durante la Feria. De hecho, en la información oficial de la Delegación de Movilidad, da oficialidad clara a las calles franquistas, poniéndolas en primer lugar: “presidente Carrero Blanco, actual Adolfo Suárez y Ramón de Carranza, actual Flota de Indias”.

La Federación memorialista ha elevado una queja al alcalde, así como a la Comisionada de la Junta de Andalucía y la Secretaría de Estado de Memoria Democrática del Gobierno de España, dando parte de que se está incumpliendo la ley estatal y la ley andaluza. Las asociaciones memorialistas integradas en  esta entidad denuncian que no se trata de un acto involuntario, sino de un nuevo episodio de la estrategia de la derecha de blanqueo del franquismo de una u otra forma.

En algunas comunidades presentando leyes bajo una falsa concordia, en Andalucía dejando morir la Memoria con una falsa predisposición, puesto que no va seguida de financiación ni actuaciones. Y ahora con un nuevo intento de normalización del franquismo, que se suma al que la propia Federación ha denunciado hace pocos días contra el monumento a las víctimas de Mauthausen en Almería, utilizado como anclaje para fijar unas carpas de una celebración autorizada por el Ayuntamiento.

Vestigios franquistas en el callejero de Sevilla

Los restos de la dictadura franquista fueron eliminados paulatinamente del callejero de Sevilla. Aunque aún faltan algunas por erradicarse, la Ley de Memoria Histórica, que data de 2007, y del acuerdo del pleno municipal del año 2008 para renombrar las vías que tenían rótulos en los que se hacía homenaje a militares del régimen, se puso en marcha un protocolo en 2017 para renombrar estas vías.

En este sentido, en el Distrito Este, la calle Belchite pasó a llamarse Familia Gallego y Brunete se convirtió en la calle de la Virgen del Silencio. En Los Remedios, la avenida García Morato pasó a llamarse Maestranza Aérea y la calle Bermúdez de Castro hizo lo propio para convertirse en el Aeródromo de Tablada. La calle Comandante Morales León, en Macarena, pasó a llamarse Rafi Herencia; mientras que las vías José Ignacio Benjumea y Manuel Vázquez Sagastizabal, en Nervión, se convirtieron en Abogada Aurora León y Otto Engelhardt, respectivamente, y la calle Mariano Mota, de Cerro-Amate, recibió la nueva denominación de Cine Candelaria.

«Hoy es un día importante para la ciudad. Agradezco a todos los grupos el consenso, el dialogo el entendimiento y la capacidad de colaborar de manera conjunta para que esto sea una realidad. Hoy por fin ha desaparecido del callejero de Sevilla cualquier vestigio franquista», expresó en su momento la entonces concejal del PSOE Adela Castaño, poniendo en valor las aportaciones de asociaciones y entidades vecinales para reconocer a quienes han trabajado por los barrios.

De su lado, el concejal de Participa Sevilla Julián Moreno, se alegró de que «fuera cambiando la simbología fascista», calificando lo sucedido de «un gran avance». Por todo ello, ahora resulta especialmente impactante esta reversión por parte del actual primer edil, retomando los nombres de vías extintas y vulnerando las leyes de Memoria Democrática.

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