Agotado y con ganas de poder dar carpetazo a una larga lucha que había iniciado antes de agosto de 2022 para poder echar de su casa a las personas que la habían ocupado ilegalmente y que acabó completamente calcinada el día 22 de aquel mes, Jesús Iglesias Sebio pone todas sus esperanzas de sentirse mínimamente resarcido el próximo octubre, cuando está previsto que se dicte una resolución judicial al respecto.
“Mi hijo me ha dicho que el juez dictaminará en octubre, y espero que entonces se haga justicia porque la situación que se vivía, con okupas dentro de mi casa, la había denunciado muchas veces y mucho antes de que tuviera lugar el incendio, pero nadie me hizo ningún caso”, asegura en conversación con este periódico.
Sin medios para arreglar la vivienda
Insiste en que como consecuencia del incendio las pérdidas fueron enormes y el inmueble, ubicado en la rúa do Medio, quedó completamente destruido, lo que le ha llevado a poner a la venta esta propiedad porque “apenas si han quedado las paredes y yo no tengo los medios para poder arreglar la vivienda”.
De momento, este vecino de Santiago, que actualmente vive en la residencia DomusVi de San Lázaro, continúa siendo el propietario del edificio porque, aunque admite que sí que ha habido gente interesada y ha tenido algunas ofertas, puesto que está situado en una zona muy céntrica de la capital gallega, reconoce que “es mucho el dinero que tienen que invertir para el arreglo, ya que son tres viviendas y un huerto bastante grande”.
Además, Jesús Iglesias incide en que la mayoría de los que preguntan por el precio están optando también por esperar a que haya una resolución judicial para tomar una decisión sobre si la adquieren o no.
«La Policía acudió más de veinte veces»
Sobre lo acontecido en agosto de 2022, en su momento ya había declarado a este periódico que llevaba más de un año denunciando que el apartamento de la planta superior de la propiedad había sido ocupado de manera ilegal, motivo por el que “la Policía acudió más de veinte veces, pero ni los echaron fuera ni consiguieron nada”, y que él llegó a cambiar la cerradura del inmueble hasta en cuatro ocasiones.
Ante esta situación, decidió presentar las correspondientes denuncias en los juzgados, sin que hasta el momento del incendio se hubiera conseguido desalojar a los okupas de su inmueble.
Además, y cuando él se fue a vivir a una residencia, en un principio a Carballo, los okupas de la planta superior decidieron alquilar la inferior de forma ilegal y como si fuera de su propiedad. Jesús Iglesias atribuye a un conflicto entre ambos el origen del fuego que calcinó por completo el inmueble.