Han pasado 6 meses de aquella mañana en la que Hamás asesinó a más de 1.100 israelíes, la mayoría civiles, y secuestró a cerca de 240 rehenes. Medio año después, el conflicto está atascado y cada día que pasa, las cifras de víctimas inocentes aumenta hasta límites inaguantables. Hablamos cerca de 30.000 palestinos muertos y del desplazamiento forzoso de más de un millón y medio de personas en condiciones infrahumanas, sin techo, sin apenas alimentos o agua, todavía amenazados por los bombardeos del ejército israelí.

El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, participa en una reunión con el secretario de Defensa de EEUU, Lloyd Austin, en el Pentágono / EFE

Y mientras crecen estas cifras, crece también la presión internacional. Los aliados ven una respuesta desproporcionada por parte de Israel y por eso son cada vez más los actores internacionales que piden a Netanyahu que levante el pie del acelerador y haga por buscar la paz. Una resolución pactada que, para la Unión Europea y para la comunidad internacional, pasa por la creación de dos Estados, reconociendo a Palestina y retomando la fórmula sugerida por la ONU en 1947.