Sevilla rompió la maldición del Athletic Club tras seis finales sin levantar el trofeo. No sólo Muniain alzó en La Cartuja la Copa del Rey. Este título también es de los Julen Guerrero, Etxeberria, Yeste, Javi Martínez, Laporte, San José, Urzaiz, Gurpegui, Susaeta o Tiko, entre otros, que forman parte de la leyenda del Athletic Club. 40 años después, La Gabarra surcará la ría de Nervión.
Apenas pudo distinguirse el himno de España en la antesala de la final de Copa del Rey en el Estadio de La Cartuja. La afición del Athletic, no pitó en gran medida pero entonó su cántico ‘Goazen Athletic’ silenciando el momento.
Nico Williams aprovechó un error del Mallorca antes del primer minuto y cabalgó hacia la portería de Greif. El balón no encontró los tres palos, pero dio muestras de cómo salieron los de Ernesto Valverde al campo.
Fue Galarreta quien gozó pasado el cuarto de hora de dos ocasiones para adelantar a los leones, pero el eslovaco se hizo grande y rechazó el disparo.
Tan sólo un minuto después replicó el Mallorca tras un error del menor de los Williams. Muriqi golpeó y Aguirrezabala despejó ante la duda.
La pizarra de Javier Aguirre salió a relucir. Samu Costa la peina y Dani Rodríguez, tras el intento de Darder y el paradón del Aguirrezabala, consigue tras la dejada de Raíllo colocarla en la escuadra y adelantar al Mallorca.
El gol mallorquín espoleó al Athletic y se fue decidido a empatar la contienda antes del descanso
Un casi milimétrico fuera de juego privó en primera instancia, tras pared con Galarreta, la igualada. A dos del descanso, se plantó ante Greif pero el balón rozó el palo.
El premio para los vascos llegó tras la reanudación. Los de Valverde, cambio incluido de Vesga por Prados, salieron mucho más decididos e incisivos que en los primeros 45 minutos ante un Mallorca que retrasó posiciones sobre el tapete de La Cartuja.
La conexión entre los dos hombres más activos y determinantes del Athletic, Nico y Sancet, encontró esta vez la red bermellona. Filtró en profundidad el primero, y definió con elegancia al palo largo el mediapunta.
La grada athleticzale estalló y el partido subió de revoluciones. Nico de nuevo, cómo no, se marcó una jugada individual propia de su repertorio pero no halló respuesta ni en Guruzeta ni en su hermano.
Aguirre leyó rápido que era necesario adelantar a su equipo y cambiar la dinámica y movió fichas con la entrada de Morlanes y Antonio Sánchez. El centrocampista maño ingresó muy bien y sacudió al Mallorca de su letargo.
Pasado el ecuador de la segunda mitad, el autor que había instaurado en la primera parte la felicidad en Mallorca, se marchó lesionado.
Las sustituciones y el oficio de los del vasco Aguirre frenaron el ritmo del partido y el encuentro se encaminó a los treinta minutos extra.
Treinta minutos que no gustan ni en Bilbao ni en Mallorca
El Athletic Club perdió la última final de Copa del Rey en que jugó la prórroga (1977), y el Mallorca cayó en las dos que se fueron al tiempo extra (1991 y 1998).
Aprovechó Valverde para meter al capitán Iker Muniain por un cansado Sancet, que tuvo una gran actuación en los 90’.
El 10 del Athletic la tuvo a los cuatro de reanudarse el juego pero su volea no encontró portería.
El dominio del equipo Ibaigane fue creciendo y Muniain, en una falta cerca de la frontal, volvió a gozar de otra para romper las tablas en los primeros 15’ del alargue.
La insistencia de los de Valverde casi fructifera tras una acción de De Marcos en línea de fondo que acabó en las botas de Nico. Muriqi contestó con un testarazo que desbarató Aguirrezabala.
La tanda de penaltis dictó sentencia en Sevilla
Los once metros no fueron evitables y los penaltis se tiraron en la portería del Athletic, premonitorio de lo que sucedería minutos después.
La tanda la inició marcando Muriqi y la igualó Raúl García. Detuvo Aguirrezabala el segundo a Morlanes y Muniain adelantó al Athletic. Radonjic lo echó fuera y Vesga no falló. Antonio Sánchez obligó a que los vascos tiraran el cuarto.
Berenguer miró a Greif, que le adivinó el lado pero no pudo evitar la victoria del Athletic Club.
40 años después, La Gabarra surcará la ría de Nervión.