Cristo Grozev, redactor jefe de la web de investigación The Insider, quien en los últimos años ha identificado a los responsables de los envenenamientos del exagente ruso Seguéi Skripal en 2018 y del opositor Alekséi Navalni dos años después, no pudo contener las lágrimas cuando leyó un apéndice a un mensaje que halló en el correo pirateado de Nikolái Ezhov, ayudante del coronel Iván Terentiev, comandante de la infausta unidad 29155 del servicio de inteligencia militar ruso, más conocido como GRU. En el documento se estipulaba el pago a Terentiev de 100.000 rublos –unos 1.700 dólares al cambio de entonces– procedente de la Fundación para la Investigación Militar Avanzada, un organismo dependiente del Ministerio de Defensa y especializado en la investigación militar. El motivo: el desarrollo de «potenciales capacidades de armas acústicas no letales en actividades de combate en un entorno urbano».