La última batalla por el poder se libra en Radiotelevisión Española. El polémico fichaje de David Broncano ha hecho saltar las costuras de RTVE, en una pugna que se ha saldado con los ceses de la presidenta interina y el jefe de contenidos de la cadena, los dos actores en liza. El interés de Moncloa por contratar al presentador de La Resistencia y los intentos por controlar el ente público marcan los últimos episodios de esta guerra por fascículos, que ha estallado por sorpresa y tendrá su próxima entrega en la reunión que se producirá en unos días, donde se deberá dar luz verde o tumbar definitivamente el multimillonario contrato del presentador de La Resistencia.
El último capítulo de la pugna tuvo lugar el jueves, cuando se
por el riesgo de que decayera definitivamente. El fichaje ha destapado el importantísimo enfrentamiento entre la anterior presidenta interina, Elena Sánchez, y Moncloa, que finalmente ha hecho estallar por los aires la situación en la cúpula de RTVE. El desembarco del presentador lleva semanas encima de la mesa.
Fue el 11 de marzo cuando se debatió por primera vez en el Consejo de Administrador. Su principal defensor era el jefe de Contenidos, José Pablo López, considerado por distintos consejeros como el hombre de confianza de Moncloa en RTVE y encargado de diseñar la propuesta. En esa primera cita presentó un contrato de tres temporadas de duración por 42 millones de euros -14 millones por temporada-. El fichaje no salió adelante por las dudas que generó a la entonces presidenta interina, Elena Sánchez, que pidió, junto a una mayoría de consejeros, renegociar el contrato para limitarlo a un año. Una labor que encargaron nuevamente al jefe de contenidos.
Dos semanas después, el 26 de marzo, la reunión que preveía decidir sobre el asunto saltó por los aires y se saldó con la salida de las dos partes. En primer lugar Elena Sánchez propuso el cese de José Pablo López, para sorpresa del resto de consejeros. La salida que se aprobó contra todo pronóstico gracias al voto de la propia Sánchez, a los tres consejeros del PP y el del PCE -integrado en Sumar-, José Manuel Martín Medem, que ha tenido un papel determinante en las últimas decisiones.
«Motín» de la dirección
¿Y por qué forzó su salida? Hay dos razones. La primera, argumentan fuentes próximas, es porque no atendió la petición de limitar el contrato a un año, y en la propuesta que envió a los consejeros poco antes de la reunión figuraba una vinculación de dos años -28 millones-, aunque esa oferta no llegó a debatirse por el desenlace de los acontecimientos.
La segunda razón, y de más peso, fue el «motín» dentro de la alta dirección de RTVE que se había producido unos días antes, cuando dos directivos de la cadena se reunieron con Sánchez para pedirle su dimisión. Le culpaban del naufragio del fichaje Broncano por no haber permitido que saliera adelante un primer momento. Una suerte de rebelión que, creen en el entorno de Sánchez, fue instigado por López.
Entre los críticos con la anterior presidenta hay suspicacias sobre su actuación. Fue ella la que dio el visto bueno al contrato para llevarlo en una reunión y después impidió que saliera adelante. Algo que, según relatan, «nunca antes había ocurrido en RTVE». Recelan de los motivos por los que cambió de posición en unos pocos días y deslizan la existencia de presiones de las cadenas privadas para evitar una mayor competencia de la televisión pública.
Un día después, en la tensísima reunión de los ceses, la propia Sánchez pidió la salida de López y lo justificó ante el Consejo como una forma de preservar la «dignidad» de la corporación, que «no puede tolerar un amotinamiento» de la alta dirección, según fuentes presenciales. Responsabilizó de la situación al jefe de Contenidos, antes de votar su despido.
Si Sánchez no hubiera logrado el cese de José Pablo López, ella misma hubiera presentado su dimisión, señalan fuentes próximas. Al final su salida no fue voluntaria, pero sí inmediata. Y es que justo después del cese de López, fue ella misma cesada, a petición de la consejera socialista Concepción Cascajosa -que un día después la sustituyó en el cargo- y el consejero propuesto por Podemos, Roberto Lakidain, que unieron sus votos a los tres del PP –Consuelo Aparicio, Carmen Sastre y Jenaro Castro-, el consejero del PNV, Juan José Baños, y el tercer consejero nombrado a propuesta del PSOE, Ramón Colom, para apartarla. Después del descabezamiento de la cúpula, la decisión sobre Broncano fue aplazada a esta semana, cuando ha vuelto a paralizarse.
Pugna de largo recorrido
Pero aquel estallido era sólo la punta del iceberg de un pulso que se venía arrastrando desde hacía años, y que afectó a la gestión de Elena Sánchez desde su mismo nombramiento, en septiembre de 2022. La consejera, nombrada en su día a propuesta del PSOE, aterrizó como presidenta interina de RTVE tras la dimisión de Pérez Tornero en septiembre de 2022, que fue elegido por PP y PSOE en Las Cortes. Después de exhibir cierto acercamiento a las tesis populares, Tornero fue «forzado a dimitir» por el Gobierno, que antes de su salida logró «imponer» la contratación de José Pablo López como director de Contenidos de RTVE, apuntan varias fuentes del Consejo de Administración de distinto signo político.
El periodista, que dirigió Telemadrid entre 2017 y 2021 provocando un importante aumento de las audiencias en la cadena, era considerado como el «operador de Moncloa» en RTVE por distintos consejeros de la corporación. Y a él fue encomendada, relatan estas mismas fuentes, la tarea de sacar adelante la operación Broncano que había suscitado un gran interés en Moncloa. ¿El objetivo? «Contrarrestar a El Hormiguero«, de Pablo Motos, una figura pública y con gran audiencia que ha cuestionado abiertamente la gestión del presidente de Gobierno, Pedro Sánchez.
«Hermanos mayores»
Este interés se ha hecho evidente en las últimas semanas, según admiten consejeros nombrados en su día por partidos de distinto color. Y es que el máximo órgano de RTVE no es el único que manda; en las discusiones, negociaciones y decisiones que se toman en el ente público operan lo que en el Consejo de Administración vienen a llamar «los hermanos mayores», dirigentes de partidos que mantienen una interlocución paralela a la corporación y que guardan relación con los consejeros de sus respectivas formaciones. Un papel que puede ser decisivo en la toma de decisiones.
Esta interlocución, o más bien la falta de ella, fue también lo que provocó la congelación de relaciones entre la anterior presidenta, Elena Sánchez, y Moncloa, que fue quien la promovió en primera instancia. Una vez que fue elegida en el cargo, se encontró con la oposición de un consejero elegido por la cuota PSOE, Ramón Colom, y el del PNV, que impidieron renovar ningún cargo de alta dirección y «han bloqueado su gestión durante un año y medio», según relatan desde el Consejo.
La expresidenta se habría dirigido a Moncloa para pedirle que mediara con el resto de actores y desbloquease la situación para permitirle dirigir la corporación. Pero la petición, según relatan fuentes próximas, no fue atendida, y desde el Gobierno se alegó la falta de ascendencia sobre los miembros del órgano.
Pero la ruptura definitiva se ha producido en los últimos meses, después del «capricho» del propio Sánchez con el fichaje de Broncano. Esto suponía priorizar un modelo de televisión más basado en el entretenimiento, dirigido a competir con las televisiones comerciales frente al modelo de servicio público defendido por la anterior presidenta. López era partidario de la apuesta por las audiencias, en unas fórmulas que algunos equiparan al «modelo de Telecinco». Cuando López llegó a RTVE, el ‘share’ estaba en un 8,1% y a su cese, un año y medio después, la audiencia ha subido más de dos puntos, hasta el 10,4%.
Poco antes del choque por Broncano, Elena Sánchez había frenado la propuesta de su jefe de contenidos para contratar a Belén Esteban como jurado del programa Baila como puedas, presentado por Anne Igartiburu. Este episodio ya daba visos de las distintas concepciones sobre la televisión pública.
Reunión en Moncloa
La negociación con Broncano comenzó con una primera reunión en diciembre, entre José Pablo López y el presentador, que inicialmente rechazó la propuesta por tener otras ofertas sobre la mesa de televisiones comerciales. Pero el hecho de que RTVE no tuviera publicidad y permitiera hacer un programa sin interrupciones le llevó a reconsiderarlo. Las conversaciones continuaron durante meses, con el conocimiento de Sánchez.
A finales de enero, cuando ya se negociaba el contrato con el presentador de La Resistencia, la entonces presidenta interina de RTVE acudió a una reunión en Moncloa con altos cargos de la Secretaría de Estado de Comunicación. Un lugar al que ya acudió hace un año y medio: fue allí donde le propusieron ser presidenta de la corporación pública.
En la última reunión reclamó de nuevo que el Gobierno «disciplinara» a los consejeros que le impedían cesar a la alta dirección que había heredado, incluido José Pablo López. Lejos de atender su petición, se le conminó a dejar a los mandos sobre las contrataciones a López, situándolo como una suerte de «presidente in pectore», relatan fuentes próximas. «La presidenta soy yo«, vino a responder la presidenta, que amenazó con dimitir. Una insubordinación que supuso el último gran choque antes de su caída.
El enfrentamiento abierto con Moncloa por el fichaje de Broncano, apuntan algunas voces del Consejo de Administración, fue el «detonante» para que fuera cesada por los consejeros del PSOE, de PNV y de Podemos, cuando estalló una olla a presión que llevaba meses cogiendo temperatura.
Iglesias, en TVE
El peso de las formaciones políticas sobre RTVE ha quedado patente. Uno de las grandes interrogantes en el asunto Broncano ha sido el papel del consejero propuesto en su día por Podemos, Roberto Lakidain, que mostró desde el primer momento su apoyo a la apuesta millonaria, inicialmente prevista para tres años.
Este aval sorprendió por varias razones.La primera es que Lakidain era una de las voces más críticas hacia la contratación de productoras externas en RTVE. La segunda es que su apoyo llegó solo unos días después de que TVE contratase a Pablo Iglesias como colaborador en tertulias, al igual que otros dos empleados de su empresa, Canal Red.
Una «coincidencia temporal» que ha despertado grandes suspicacias en el Consejo de Administración de RTVE, donde llegó a comentarse este asunto en la última reunión. El viernes 8 de marzo, la presentadora de Canal Red y extrabajadora de Podemos Laura Arroyo se estrenó en la mesa de tertulia de La Hora de La 1, según publicitó la propia plataforma digital. Tres días después, el lunes 11 de marzo, el consejero Lakidain daba su sí al contrato draconiano de Broncano.
Algunos miembros del Consejo tildan la incorporación de perfiles afines a Podemos en la parrilla como «moneda de cambio» para lograr el apoyo del consejero Lakidain a la operación de Moncloa. El propio Iglesias habría reconocido a su entorno que habían trasladado al periodista la petición de apoyar el fichaje de Broncano porque TVE «nos están haciendo hueco» y estaban «abriendo la mano hacia más pluralidad en las tertulias» por el flanco izquierdo, según fuentes próximas.
El apoyo del consejero de Podemos a la apuesta por Broncano sorprendió, al considerar algunas voces del Consejo que incurre en una «grave contradicción»; puesto que Lakidain ha sido durante los últimos años uno de los más duros opositores a la externalización de la producción audiovisual a productoras externas.
En sus colaboraciones con Canal Red, Lakidain siempre ha denunciado la contratación de productoras externas. «»Por primera vez en la historia una gran parte de la programación de TVE 1 está siendo privatizada», denunciaba el consejero el pasado septiembre en este canal. En la plataforma dirigida por Iglesias se ha evitado en las últimas semanas hacer cualquier referencia al polémico fichaje de David Broncano.
Fuentes próximas a Lakidain defienden que a él no se le trasladó que su apoyo fuera empleado para lograr otras cuestiones, aunque ven con buenos ojos que se «amplíe la pluralidad» en los espacios televisivos, considerando que había una falta de representación progresista. Justifican además su apoyo al fichaje de Broncano en dar un impulso a esta franja, alegando que se produce una reducción del coste.
El programa que se emite ahora a esa hora, 4 Estrellas, fue renovado preventivamente por RTVE para la próxima temporada por 7,4 millones de euros para 67 nuevos episodios, a razón de 110.00 euros por episodio, frente a los 14 millones por temporada que se proponen para Broncano, 90.000 euros por cada uno de los 160 episodios.
Votación final
El desenlace de la polémica por Broncano se determinará en los próximos días. Este jueves, la nueva presidenta interina, Concepción Cascajosa, suspendió el debate por ausentarse Sánchez y ante las dudas jurídicas que revestía la votación. El reglamento de RTVE establece que las decisiones deben tomarse por «mayoría absoluta», lo que requiere un mínimo de 5 votos en el Consejo, formado ahora por 9 miembros tras la dimisión de Tornero.
El jueves no llegó a haber votación, aunque sí hubo un sondeo previo donde sólo había cuatro votos a favor de Broncano -frente a cuatro renuentes-. Ante esta situación, Cascajosa sacó este asunto del orden del día y pidió informes jurídicos tanto a la abogacía del Estado como a los abogados de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). Algunos consejeros creen que este movimiento fue una «excusa» para evitar que se tumbara el fichaje.
En caso de empate sobre el fichaje, será el aval de la Abogacía del Estado el que permita a la presidenta socialista aprobar el contrato
Con los informes, Cascajosa busca aval sobre dos cuestiones: si su voto de calidad como presidenta podría «contar doble» para convertir 4 votos en la mayoría absoluta exigida; y si las abstenciones pueden dejar de contarse como votos, para rebajar así la cifra de la mayoría absoluta necesaria.
El apoyo de Elena Sánchez se convierte en decisivo. Si ella apoya la ‘operación Broncano’, saldrá adelante. Pero si se abstiene o se opone resultando un empate, sería el aval de los dos organismos del Gobierno el que permitiera dar luz verde al contrato. La expresidenta de RTVE y el consejero del PCE, Medem, han condicionado su apoyo a reducir el contrato a un año, reduciendo su coste a 14 millones de euros, y en función de los índices de audiencia.
Además, Medem y Sánchez reclamaban una fórmula para la coproducción, donde se empleasen recursos técnicos y humanos para el programa, aunque este aspecto podría ser incluido de una fórmula ambigua en la propuesta.
La clave para decantar el voto de Sánchez, señalan fuentes próximas, es que el contrato se limite de entrada a un año. Solo así se garantizaría su aprobación sin tener que recurrir a cuestiones jurídicas. Aunque todo apunta a que, de una u otra forma, el fichaje saldrá adelante.
El programa de Broncano
Entre los partidarios del fichaje, se considera que es una manera de rejuvenecer el público objetivo, ahora situado en los 65 años, y como una forma de «arrastrar» audiencia de los seguidores de Broncano para el llamado ‘access prime-time’, la franja entre las 21.30 y las 23 horas, justo después del informativo. Un espacio en el que TVE no lograr competir pese a las distintas apuestas que ha venido haciendo, la última por el programa 4 Estrellas, protagonizado por Antonio Resines y producido por Dani Écija, que sólo ha logrado entre el 7 y el 8% de share, la mitad de lo que logra habitualmente El Hormiguero.
Con este objetivo se contaría con la figura del presentador Broncano y un formato similar al de La Resistencia, aunque con adaptaciones. En la propuesta del contrato que se trasladó al Consejo de RTVE, la productora externa se comprometía a respetar el Manual de Estilo de la corporación, lo que garantiza que el formato fuera reconocible y mantuviera su identidad propia, pero elimina cierto tipo de lenguajes, asuntos y personajes que no encajan con una corporación pública.
De sta manera, algunas de las preguntas habituales del programa -como el número de relaciones sexuales de los entrevistados- tendrían que ser omitidas para respetar el tono de la cadena. «Broncano sabe que tendría que traer a un perfil nuevo de gente al estudio y otro perfil de guion», advierten en RTVE. Aunque todo sería, apuntan, «dentro de ese marco reconocible que tiene».