Lama de Góngora abrió la tarde con un excelente toreo a la verónica ganando terreno que provocó los primeros oles del tendido y que fue muy aplaudido. El de Bohórquez fue dos veces con alegría al caballo y recibió el castigo justo. En banderillas se lucieron Juan José Dominguez y Fernando Sánchez. El toro llegó a la muleta más apagado y embistiendo a media altura, de modo que la faena consistió en la insistencia de Lama de Góngora por hacer embestir a un toro cada vez más parado. Pinchó antes de cobrar una estocada entera y fue ovacionado.

Lama de Góngora se fue a portagayola a recibir al cuarto, dando después dos largas cambiadas más en el tercio para posteriormente torear a la verónica con compostura. Fue un recibo de capa emocionante a un toro que posteriormente se movió en la muleta pero sin emplearse del todo. Lama plantó cara y estuvo siempre firme, logrando los mejores momentos al natural en un par de series en las que toreó con gusto aprovechando bien la inercia del toro hasta que el animal se rajó. Mató de estocada y cortó una oreja.

Manseó de salida el segundo de la tarde cuando Ruiz Muñoz intentaba el toreo de capa. Fue medido en el caballo y Calerito hizo un bonito quite por chicuelinas. En la muleta, Ruiz Muñoz se vio limitado por una media embestida sosa que no le permitió brillar. Lo intentó por ambos pitones dejando ver sus ganas de agradar. Estuvo por encima pero sin poder construir faena. Falló con los aceros.

Ruiz Muñoz no pudo lucir de capa en el recibo al quinto, que a la postre fue el toro más complicado de la corrida. No humilló y se metió peligrosamente en el inicio de faena, dejando claro que no tenía posibilidades. El torero pasó momentos de apuros para acabar con su enemigo.

Calerito se mostró dispuesto y seguro desde el primer momento. Brindó la faena a Antonio Ruiz ‘Espartaco padre’ y dejó un comienzo vibrante de faena toreando en redondo con las dos rodillas en tierra. Siguió ligando con la derecha una buena serie que hizo sonar la música. En la siguiente serie hubo un buen cambio de mano como remate a una tanda reunida. Cuando cogió la zurda al toro le costó más pero Calerito mostró solvencia y oficio para rematar una faena seria y con fondo. Mató de buena estocada y cortó una oreja.

Calerito brilló en el quite que hizo al sexto y después planteó una faena de porfia y talento ante un toro al que le faltaba entrega, pero al que entendió bien, sobresaliendo en el toreo al natural. Por ese lado el toro embistió mejor y el torero hizo sonar la música con series en las que salió a relucir su capacidad y su calidad. Faena de mérito que remató de estocada y descabello y que le valió sumar un trofeo más. Al finalizar el festejo lo sacaron a hombros por la puerta principal o del patio de cuadrillas.