Bojan Krkic ratifica que detrás de una sonrisa angelical y unos modales amables puede haber un hombre sumamente valiente. Sufrió ataques de ansiedad durante su carrera futbolística que le hicieron daño, pero siguió adelante, viajó por el mundo con las botas en la maleta, se expuso a la soledad y se enfrentó a sus demonios. Ahora se explaya sobre el lado oscuro de su paso por la profesión, pese a las luces que le iluminaban, en el libro ‘Controlar lo incontrolable’ (Alianza Editorial), escrito con la ayuda del periodista Marcos López, de EL PERIÓDICO. A sus 33 años es un exjugador, pero una persona nueva, más a gusto consigo misma, y lo suficientemente madura para detallar, como ya dejara entrever en un documental de reciente divulgación, que el fútbol de élite puede devorar a sus hijos.