Quienes están al frente de su propio negocio saben de sobra que ser autónomo es todo menos un camino de rosas. Elevadas cargas administrativas, una fiscalidad a prueba de valientes y la sensación de no desconectar nunca son solo algunos de los grandes obstáculos a los que se enfrentan estos profesionales. Pero pese a que la lista de inconvenientes es amplia, el ejército de autónomos no para de aumentar. Lo hace en España y también en Castellón, donde este colectivo ha protagonizado uno de los mejores arranques de año que se recuerdan.