Laura Arnau dormía cuando, a la una y media de la madrugada del 31 de mayo de 2010, soldados de la Marina de Israel comenzaron el abordaje del barco Mavi Marmara. Formaba parte de un grupo de seis buques que pretendía llevar 10.000 toneladas de ayuda humanitaria a Gaza y romper el bloqueo por tierra, mar y aire que Israel había impuesto tras la victoria electoral del partido islamista Hamás unos años antes.