Yıldız acompañó a su madre a hacerse un retoque estético en el rostro, una decisión que no pasó desapercibida en la mansión. A su regreso, todos se quedaron atónitos al ver el cambio en el aspecto de la mujer, a pesar de los intentos por ocultarlo durante una cena a la luz de las velas.

Feride, desconcertada por la situación, ordenó en innumerables ocasiones a su hijo que encendiera las luces para cenar, expresando su disgusto por las modas actuales: «Çağatay, ¿por qué insisten en estas modas absurdas? No veo lo que comemos, es un sufrimiento».

Yıldız, deseando evitar que Feride descubriera el nuevo aspecto de su madre, improvisó una excusa: «Esta noche me apetecía tener una velada romántica».

Çağatay, incómodo con la situación, decidió encender la luz y explicarle a su esposa que podrían tener una cena a la luz de las velas otro día. Asuman intentó persuadirlo para que no lo hiciera, preocupada por el gasto excesivo de electricidad.

Finalmente, el secreto se reveló. Feride, notando a Asuman extraña, le preguntó directamente: «¿Te pasa algo, Asuman?». Cuando esta se incorporó, Feride y Çağatay se quedaron asombrados al contemplar su nuevo rostro. A pesar de su tensa relación, Feride no pudo contener la risa al verla: «Si no lo veo, no lo creo».

Al día siguiente, Asuman se vio obligada a acudir al doctor estético para deshacer el cambio y volver poco a poco a su aspecto habitual.