España ha vivido en los últimos años una expansión histórica de nuevas instalaciones de autoconsumo eléctrico. En 2022 se registró un récord desbordado, cuando se instaló casi tanto autoconsumo como en toda la historia anterior (con casi 2.650 nuevos megavatios, MW), aupado por los precios disparados de la electricidad por la crisis energéticas y por los programas milmillonarios de subvenciones con fondos europeos. En 2023 el despliegue siguió siendo alto (con 1.700 MW), pero el crecimiento se moderó sobre todo en el caso de las placas solares en viviendas, al son de la normalización de los precios de la electricidad y también por el retraso en el reparto de las ayudas.
Desde el sector de las energías renovables se da por hecho que este año la expansión del autoconsumo seguirá frenando. Ahora por el desplome de los precios del mercado de la electricidad (disparándose las horas a cero euros y ahora también marcando precios negativos) y porque el reparto efectivo de las ayudas sigue atascado por la muy diferente gestión por parte de cada comunidad autónoma.
El Gobierno ha destinado 1.552 millones de euros de fondos europeos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) a subvenciones directas para las viviendas y las empresas que instalaban nuevas plantas de autoconsumo. Unos fondos que el Ministerio para la Transición Ecológica ha distribuido entre las comunidades autónomas, que son las que gestionan el reparto hasta el beneficiario final. Pero mientras que el País Vasco ha resuelto ya un 81% de todas las solicitudes recibidas, Extremadura sólo ha atendido de momento un 1%, según datos recopilados por el Ejecutivo central. En el conjunto del país, los beneficiarios finales han percibido menos de la mitad.
El fin del café para todos
La demanda de ayudas ha sido desbordante, la suma de los presupuestos de las ayudas con fondos europeos para autoconsumo, para almacenamiento detrás del contador y para climatización y agua caliente asciende a 1.972 millones de euros y las CCAA han recibido solicitudes por casi 3.340 millones, según los datos del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía (IDAE), dependiente de Transición Ecológica, con datos de los gobiernos regionales. Los beneficiarios finales de los tres programas de ayudas han percibido ya 844 millones, un 43% del total presupuestado.
Es tal el aluvión de peticiones recibidas ya en pleno boom del autoconsumo que se puede dar por hecho que una vez que se resuelvan las solicitudes ya formuladas, los fondos europeos destinados a subvencionar la autoproducción eléctrica en hogares y empresas se agotarán. Y el Gobierno cierra la puerta a crear nuevos programas de ayudas masivas para incentivar de manera generalizada el autoconsumo, y ya sólo se estudia la posibilidad de repartir subvenciones para algunas fórmulas de autoconsumo concretas o para colectivos de destinatarios específicos.
“Un programa de ayudas como éste no se va a volver a ver, con ese gran presupuesto y ese tipo de ayudas generalizadas. Seguiremos apoyando alguna modalidad en la que aún queda por hacer, como el autoconsumo colectivo o para colectivos vulnerables”, explicó Víctor Marcos, director de Energías Renovables y Mercado Eléctrico del IDAE. “Estas ayudas generales no volverán”, sentenció durante su intervención en la IV Cumbre de Autoconsumo organizada esta semana en Madrid por la patronal fotovoltaica UNEF.
Rebajas de impuestos
Tanto desde el sector renovable como desde administraciones implicadas se reconoce que tras el fuerte impulso al autoconsumo que supusieron en un primer momento las subvenciones con fondos europeos, posteriormente incluso se han estado convirtiendo en un freno. El enorme retraso en el reparto en algunas regiones, el agotamiento de presupuesto en algunas comunidades autónomas y la espera hasta recibir nuevos fondos, la distorsión que suponía en precios y en la demanda misma… estaban suponiendo un impedimento. Ahora se considera que el autoconsumo se ha desarrollado lo suficiente, es ya un sector maduro, y no hará falta nuevas ayudas masivas.
Descartadas las ayudas masivas, el sector fotovoltaico se moviliza para pedir otro tipo de incentivos para reactivar el despliegue de plantas de autoconsumo. El presidente de UNEF, Rafael Benjumea, reclamó al Gobierno “nuevas formas de impulso económico” para el sector que sean “más eficientes”, como desgravaciones o las exenciones del pago del IVA hasta un tipo del 0%, como en otros países europeos. Y también exigió cambios regulatorios para impulsar el autoconsumo colectivo o para facilitar el vertido de la producción excedente de grandes plantas de autoconsumo a la red sin limitaciones y evitar así pérdidas de energía.