España ha vivido en los últimos años una expansión histórica de nuevas instalaciones de autoconsumo eléctrico. En 2022 se registró un récord desbordado, cuando se instaló casi tanto autoconsumo como en toda la historia anterior (con casi 2.650 nuevos megavatios, MW), aupado por los precios disparados de la electricidad por la crisis energéticas y por los programas milmillonarios de subvenciones con fondos europeos. En 2023 el despliegue siguió siendo alto (con 1.700 MW), pero el crecimiento se moderó sobre todo en el caso de las placas solares en viviendas, al son de la normalización de los precios de la electricidad y también por el retraso en el reparto de las ayudas.