«La verdad es solo una, fue una equivocación haber aceptado en calidad de préstamo esos relojes«. La presidenta provisional de Perú, Dina Boluarte, dio una pirueta retórica tras presentarse ante la fiscalía en el marco de la investigación sobre el origen de los relojes de alta gama que utilizaba, entre ellos un portentoso Rolex, y joyas valoradas en 500.000 dólares. En su momento de mayor debilidad política, y con una imagen que nunca ha pasado los 10 puntos de aprobación, Boluarte le restó importancia a los objetos que, dijo, se los había prestado generosamente Wilfredo Oscorima, el gobernador regional de Ayacucho. «Como esos relojes no son de mi propiedad, no estaba obligada a declararlos», explicó a la prensa tras prestar declaración.