La filtración de datos personales de una docena de diputados, periodistas y políticos británicos ha sacudido de nuevo al Parlamento de Westminster. El diputado conservador William Wragg ha reconocido este viernes haber compartido con un desconocido los números de teléfono de miembros de su partido, así como del Partido Laborista, a través de la ‘app’ de citas Grindr. Un hecho que ha comprometido de nuevo la seguridad del Parlamento en pleno año electoral y que ha obligado a la policía a iniciar una investigación para tratar de aclarar quién está detrás del presunto ataque de ‘phishing’ y cuáles eran sus intenciones.
Wragg, de 36 años, ha asegurado que compartió imágenes de carácter sexual con un hombre y que, acto seguido, este le chantajeó para que le facilitara los contactos de otros compañeros. «Tenían cosas comprometedoras sobre mí, no me dejaban en paz. Me preguntaban por gente. Les di algunos números, no todos, y les dije que pararan», ha explicado Wragg al diario ‘The Times’. Una docena de diputados, periodistas y asesores parlamentarios recibieron mensajes poco después de un hombre llamado Charlie y de una mujer, Abigail, que aseguraban haberles conocido años atrás en eventos informales y quienes les enviaban fotografías explícitas pidiendo que, a cambio, les entregaran imágenes suyas. Al menos dos diputados accedieron al intercambio.
Preocupación en el Parlamento
El escándalo ha provocado estupefacción entre los miembros del Parlamento, quienes han mostrado su incredulidad ante el hecho de que se compartan datos privados de compañeros sin su permiso. La portavoz económica laborista, Rachel Reeves, ha calificado el incidente como algo «increíblemente preocupante», mientras que la diputada Jess Phillips ha mostrado su «perplejidad» por el hecho de que alguien envíe imágenes de contenido sexual a un desconocido, especialmente siendo miembro de la Cámara de los Comunes. Wragg ha asegurado haber accedido al chantaje por «miedo» y ha lamentado públicamente lo ocurrido. «He hecho daño a la gente por ser débil. Estaba asustado. Siento mucho que mi debilidad haya causado daño a otras personas».
La policía del condado de Leicestershire ha puesto en marcha una investigación para averiguar quién está detrás de estos ataques y cuál era su propósito. La presidenta de la comisión parlamentaria de Asuntos Exteriores, la conservadora Alicia Kearns, ha apuntado a terceros países como posibles responsables, algo que también ha señalado el exlíder del Partido Conservador Iain Duncan Smith, quien fue víctima de un ciberataque presuntamente ordenado por organizaciones ligadas a China hace apenas unas semanas. Fuentes parlamentarias aseguran estar trabajando con el Gobierno para «responder» a estos incidentes y han evitado especular sobre su origen.
El escándalo no supondrá, al menos por ahora, la expulsión de Wragg del grupo parlamentario conservador, según ha confirmado su propio partido. El ministro de Finanzas, Jeremy Hunt, ha calificado la disculpa del diputado como «valiente y efusiva», y ha aprovechado para lanzar un mensaje de prudencia y precaución a los miembros del Parlamento ante las ciberamenazas. «La lección aquí para todos los parlamentarios es que deben tener mucho cuidado con la ciberseguridad. Y también es una lección para la población en general, porque esto es algo que todos estamos teniendo que enfrentar en nuestra vida cotidiana», ha asegurado.