Que las toallas del baño y la duchaestén limpias es tanto o más importante como nuestra higiene personal.
Hay que estar pendiente de ellas, del tiempo que llevan colgadas, dónde las dejamos, el olor que cogen y su calidad.
Por mucho que limpies el baño a fondo cada semana, si no cambias las toallas de vez en cuando, de nada servirá tu esfuerzo. Estas son un foco de bacterias y gérmenes que empeorarán, sobre todo si las dejas secar en el mismo baño.
Es muy probable que no las laves correctamente y existe una manera de que queden suaves y esponjosas. Con estos consejos y trucos caseros lograrás a suavidad que buscas sin perder tiempo ni dinero.
1. Prueba con vinagre
Este es un producto muy utilizado en múltiples trucos de limpieza, además es algo que tenemos en casa y que es muy versátil, no solo para las toallas, si no para a cocina, el baño, fregar el suelo… Lo que debes hacer es emplear vinagre de limpieza o de manzana y echarlo al compartimento del detergente cuando las laves. Así conseguirás unas prensas desinfectadas, suaves y sin olores desagradables.
2. No al suavizante
En muchas ocasiones los fabricantes recomiendan no utilizar suavizante, sobre todo sin haberlas lavado antes dos o tres veces. Esto es debido a que reduce la capacidad de absorción del algodón y le resta funcionalidad a las toallas.
3. Siempre por separado
Mezclarlas con el resto de prendas no está recomendado, ya que la temperatura media que deberías usar no es la misma que para camisetas o pantalones. Lo ideal es programar una lavadora de toallas para algodón entre 40 y 60 grados.
4. Mejor lavadoras ligeras
En cualquier ocasión, sean las prendas que sea, no es para nada recomendable cargar la lavadora a tope. Aunque es una manera eficaz de ahorrar agua, la ropa no sale lo limpia que debería. Además, el electrodoméstico también sufre porque no puede mover el tambor correctamente.
5. Nada de sol
Aunque se dice que lo ideal es que les dé el sol para eliminar gérmenes, no es lo mejor para el tejido de las prendas. Intenta ponerlas en una zona donde predomine la sombra y que esté bien ventilado para que queden o más secas y esponjosas posibles. También puedes optar por la secadora, aunque supone un gasto mayor de energía.