El pasado agosto de 2022, Alberto González Amador, pareja de Isabel Díaz Ayuso en el punto de mira de la Fiscalía por presunto fraude fiscal y otras irregularidades, intentó llevar a cabo una macrorreforma en la vivienda de lujo que adquirió en Madrid. Sin embargo, estas modificaciones fueron denegadas por el Ayuntamiento de Madrid por diferentes motivos, entre ellos, la «inexactitud, falsedad u omisión» de documentos para llevar a cabo la reforma, o la magnitud de la misma, que podía poner en peligro elementos básicos del edificio. Sin embargo, las obras continuaron adelante de manera ilegal y tuvieron como consecuencia, tal y como ha podido conocer ElPlural.com, la inundación de aguas fecales del restaurante que estaba en la planta baja del inmueble.

En concreto, de acuerdo a la resolución a la que tuvo acceso ElPlural.com, las modificaciones, de las que González Amador dio declaración responsable el 4 de agosto de 2022, consistían en la «demolición de tabiquería sencilla existente, demolición de las instalaciones de saneamiento, fontanería y electricidad, demolición de solados, alicatados y sanitarios de los baños, demolición del mobiliario de cocina y demolición de falsos techos». El consistorio paralizó estas obras al determinar la «inexactitud, falsedad u omisión de carácter esencial de los documentos que acompañan la declaración, o su no presentación, según el informe técnico de fecha 05/08/2022, de conformidad con lo establecido en el apartado 2 del artículo 29 de la OLDRUAM, con las consecuencias previstas en el artículo 30 del mencionado texto normativo», ordenando la paralización y prohibición de las obras.

Caso omiso e inundación fecal

La prohibición del Ayuntamiento no detuvo a la pareja de Isabel Díaz Ayuso a continuar con sus ansiadas macromodificaciones, y las consecuencias fueron graves. La reforma sin permiso provocó la inundación por aguas fecales de un restaurante, que por aquel entonces se encontraba cerrado por vacaciones del personal. El local tuvo que afrontar una reforma por los daños causados, pero durante las Navidades volvió a inundarse, esta vez por agua corriente, mientras el restaurante estaba abierto, por lo que algunos comensales que estaban cenando se vieron afectados y algunos vecinos del edificio sufrieron inundaciones en sus salones. El negocio jamás volvió a abrir y fue declarado en concurso de acreedores, de acuerdo con el Registro Mercantil.

«Debido a una inundación de la cuál aún no sabemos la causa, el local no puede abrir sus puertas al público en su interior. Trataremos de dar servicio lo antes posible y os informaremos. Disculpad las molestias es una situación difícil para todos», publicaba el restaurante en su perfil de Facebook tras la primera inundación por aguas fecales.

«No sabemos aún si el espacio se mantendrá. Lo que siempre estará en nuestro recuerdo es esta estupenda experiencia. Nos encantaría hacer una fiesta con todos vosotros si fuese posible. Nos comunicamos pronto», escribieron a modo de despedida cuando el restaurante tuvo que cerrar definitivamente tras sufrir otra inundación. 

Publicación del restaurante afectado

 

Más detalles de las obras ilegales

Por otra parte, cabe destacar que el Consistorio advirtió a González Amador que «los efectos de la paralización de la actuación y de la obligación de restitución se mantendrán en tanto no obtenga una licencia o presente declaración responsable que subsane los incumplimientos que justifican esta Resolución de ineficacia y sea objeto de comprobación favorable por el Ayuntamiento de Madrid, en los términos de los artículos 26.1 y 34.1 de la OLDRUAM», y de que «en el supuesto de no acatamiento de la orden de paralización de las actuaciones objeto de la declaración responsable, así como restituir el orden jurídico infringido si procede, se dispondrá su precinto y, en su caso, la retirada de la maquinaria y los materiales que estuvieran empleándose, para su depósito en el lugar habilitado al efecto».

«La tramitación de solicitudes parciales de obras, es decir, programas de fases constructivas, documentos técnicos relativos a elementos autónomos de las obras o instalaciones específicas que definen y determinan las exigencias urbanísticas y sectoriales parciales de una actuación urbanística, se tramitan exclusivamente por el procedimiento de licencia urbanística y para el tipo de obras admitidas para dicho procedimiento. Una declaración responsable no es ampliable ni modificable durante un período de tiempo«, añade también el informe, a colación de las extensiones que González Amador pretendió hacer de su declaración.

Sin embargo, las obras continuaron a espaldas de estas prohibiciones, y tuvieron las consecuencias que hoy se conocen: el cierre de un local por los efectos de varias inundaciones provocadas por estas modificaciones estructurales.

Ayuso marca de agua

 

Ayuso se burla de esta situación en el Pleno

A su vez, esta cuestión ha llegado al Pleno de la Asamblea de Madrid de este jueves, donde la portavoz de Más Madrid en la Asamblea, Manuela Bergerot, ha traído este tema al debate. «Teníamos sospechas sobre su pisito y por eso lo denunciamos. No hemos tardado ni dos semanas en saber que esas reformas eran ilegales. Hizo una reforma de su piso e inundó a sus vecinos de abajo y el restaurante que estaba justo abajo tuvo que cerrar por un vertido de aguas fecales«, señaló.

«¿Por qué cerró el bar de la casa que reformaba mi pareja antes de que fuera a vivir cuya placa arriba era de la vivienda oficial de la época de Franco? La trama de corrupción del novio de Ayuso», respondía la presidenta madrileña, ironizando con los sendos titulares que ha protagonizado, con motivo, durante estas semanas. «¿De verdad creen que tenemos que llegar a un punto tan absurdo? Yo les animo a que me fiscalicen por mi gestión y no por mi vida personal y sentimental», añadió, a pesar de que, efectivamente, un negocio quedó completamente arruinado por la irresponsabilidad de continuar con unas obras que habían sido prohibidas por el Ayuntamiento.

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