La confluencia de Compromís y Sumar para las elecciones europeas se difumina. Todavía nadie se atreve a descartarla, porque al finalizar el encuentro de este jueves, representantes del partido de Yolanda Díaz emplazaron a los valencianistas a continuar negociando. Pero tras una reunión en la que participó la propia vicepresidenta del Gobierno que acabó sin acuerdo, la ejecutiva de Més, el partido mayoritario de la coalición, se reunió y lanzó un órdago: o les dan el número 3 en la lista al Parlamento Europeo o no hay pacto posible.
El último movimiento, a final de la tarde, con la noche ya caída, evidencia la situación de las negociaciones. El punto de fricción continúa siendo el puesto en la lista, que al ser de circunscripción única es la misma para toda España. Compromís pidió desde el primer momento un puesto que asegurase representación y que ahora, según trasladan fuentes de la dirección de Més, el partido de Joan Baldoví, Àgueda Micó o Vicent Marzà, entre otros, sitúan en el número 3 (no aceptarían el 4 como se había dicho hasta ahora, matizan). Además, trasladaron que su objetivo es tenerlo cerrado la semana que viene.
Las peticiones de la ejecutiva del antiguo Bloc llegaron tras otra jornada de varias horas de negociación que se sumaron a las del miércoles. En esta, la gran diferencia fue la participación de la vicepresidenta del Gobierno y líder de Sumar, Yolanda Díaz, en un lado de la mesa, evidencia de la impronta del encuentro, que sin embargo terminó de la misma manera: sin fumata blanca y con la sensación de que el acuerdo es cada día más difícil.
No obstante, fuentes conocedoras de la reunión matizan el motivo de la participación de Díaz y restan dramatismo a que esta acabara sin un pacto. En este sentido, señalan que el encuentro no era para negociar puestos en las listas electorales —principal motivo que separa ahora mismo a Compromís de Sumar para lograr un acuerdo— sino que tuvo un carácter más político, de análisis de la situación de la política europea y española y en clave programática donde ambas marcas cuentan con una clara sintonía en general. Remarcan, de hecho, que han participado los coportavoces del partido, no los integrantes de la comisión negociadora, aunque algunos coincidan.
Pero lo discursivo es una cosa y lo concreto es otra y así lo interpretan otras voces dentro de la coalición, y en esa clave se puede leer el movimiento en Més. De momento, el ambiente generalizado es que no hay acuerdo ni parece cercano. Porque por mucha coincidencia que haya en lo ideológico, la principal exigencia con la que inició Compromís las negociaciones no parece cumplirse. Se seguirá negociando, pero la discrepancia se mantiene principalmente en el número que ha de ocupar Compromís en la lista europea.
Overbooking en la lista
Fuentes de Compromís no concretan hasta dónde llega la oferta de los de Díaz, pero señalan que no garantiza escaño. Sumar, por su parte, que cree que podría obtener hasta seis actas, tiene su propio encaje de bolillos donde además de a Compromís tiene que situar a su candidata, Estrella Galán; así como a un representante de Izquierda Unida, els comuns, Más Madrid y Verdes Equo, partidos que se han inmiscuido directamente en la estructura interna del nuevo partido.
También en los valencianistas hay cierta marejada interna. El malestar con la formación de Díaz es creciente por el despliegue de Sumar en València y Alicante, por algunas decisiones del Gobierno de España o por lo que algunos consideran una pérdida de visibilidad. Lograr el 3 sería, para Compromís, una forma de redimirse dentro de un espacio político mermado tras la salida de Podemos y el mal resultado en Galicia. Justo un año después del acto de Magariños en el que arrancó Sumar, las relaciones con Compromís se encuentran más tensas que nunca.