El mes pasado leí en este diario un interesantísimo artículo de la concejal socialista Victoria Melgosa Sancho, que razonaba, acertadamente, que hombres y mujeres deberían de cobrar lo mismo por un trabajo idéntico (“es urgente la igualdad salarial”), que, junto a unas declaraciones de Yolanda Díaz, que explicaba que la diferencia de sueldo entre los y las futbolistas, deben revisarse, ya que «no puede ser que existan diferencias, por el hecho de ser mujeres», me motivaron a escribir esta columna. Tal vez nuestra vicepresidenta, que confunde a Juana de Arco con Juana la Loca (Yoli, tú nos representas a todos los catetos del mundo) piense que existe un tremendo interés por el fútbol femenino, pero soterrado por el heteropatriarcado opresor.
Cualquiera sabe que el fútbol masculino genera muchísimo más dinero que el femenino. Si se obligase a los clubs femeninos a pagarles el mismo salario, la mayoría desaparecerían. Si un futbolista gana un sueldo desproporcionado, es porque su club ingresa muchísimo, gracias a que mucha gente comprará entradas por verle, y además venderá su camiseta a tutiplén. Pero es que ni siquiera en el fútbol masculino cobra lo mismo un jugador de Primera que uno de Tercera.
Supongo que quiere vendernos la carta del feminismo y la igualdad. Y aquí voy a hacer mía una frase de mi admiradísimo Rafael Nadal: ”La igualdad no reside en regalar, la igualdad reside en que si Serena Williams genera más que yo, quiero que gane más que yo». Personalmente, veo ilógico que las tenistas cobren lo mismo que sus homónimos masculinos. Si ves el torneo de Madrid, flipas al comprobar que, cuando juegan chicas, las gradas están completamente vacías.
Y es que, dejando de lado el mundo del deporte, hay muchísimos trabajos, dentro del mismo sector, donde se cobran salarios diferentes, aunque habrá quien diga que “hacen lo mismo”. ¿Es justo que el batería de la Banda Sinfónica Municipal de Alicante gane mucho menos que el de Aerosmith? El director de orquesta del ADDA, el alteano Josep Vicent, gran músico y mejor persona, que recibió el galardón de ”Importante” de diciembre de INFORMACIÓN, tiene un gran prestigio. ¿Debería tener los mismos emolumentos que el venezolano Gustavo Dudamel? ¿Sería lógico que cobrase lo mismo el cocinero del bareto Kozinamoskedaasko, que el de San Telmo, en el casco antiguo de Alicante? El recepcionista de la fonda Manolo, ¿es justo que tenga una nómina diez veces inferior que el del GrandHotelSuperluxePalace? ¿Es razonable que nuestro gran actor Fele Martínez reciba cheques con muchos menos ceros que Al Pacino? ¿Mi tocayo debería de tener el mismo salario que Martínez-Almeida, el alcalde de Madrid?
Quiero hacer un capítulo aparte respecto a María Dolores Padilla, directora en funciones del Teatro Principal. Pese a que un “señor” que dejó unos resultados económicos desastrosos durante su gestión, considera que debería de jubilarse y pasear por la playa, yo me alineo con la tesis de Manuel Sánchez Monllor en su carta al director La gestión de nuestro Teatro Principal: “Felicitémosla por el trabajo que durante largo tiempo viene realizando”. Ahora bien, ¿ésto significa que su retribución debe de ser idéntica a la de Ignacio García-Belenguer, director del Teatro Real? Probablemente se lo merezca… pero va a ser que no.
La pregunta que debemos hacernos es: ¿qué producen esas personas? Si se lo pagan, es porque el trabajo que desempeñan genera esos ingresos. No seamos tan políticamente correctos, por favor. A nadie se le escapa que una modelo guapetona gana diez veces más que un tío buenorro, y no veo quejas de Jon Kortajarena al respecto.
Y no se trata tanto del sacrificio que hagas. Está claro que, si trabajas en minería, pesca comercial, en la carretera poniendo alquitrán (recordemos que el 99% de las muertes en accidente laboral en España son de hombres)…..si valoramos únicamente el esfuerzo, deberías de cobrar infinitamente más que cualquiera del común de los mortales. El problema es que, aunque trabajes bien, eres fácilmente sustituible ¿Por qué gana más dinero Isabel Preysler por pasarse una tarde en cualquier evento publicitario, que un conductor de autobús urbano durante todo el año? La vida es oferta y demanda. ¿Tener un título universitario te garantiza elevados ingresos? Pues cuando ves que un fontanero te factura esas salvajadas, comprendes que no. En cualquier caso, es obvio que una neurocirujana cobrará siempre más que una teleoperadora. Cuando Lenin llegó al poder en la URSS, decidió que todos iban a cobrar lo mismo. Eso, obviamente, duró dos pelás.
Acabaré pidiendo a nuestra supercomunista predilecta, que dinamitó a Podemos, que, ya que quiere ser tan igualitaria, proponga que todos los españoles cobremos los 7.050,06 euros mensuales que percibe, y residamos gratis en la Castellana, en un piso de 443 metros cuadrados. Y pensar que está triste porque no puede ver el mar…Pobriña.