‘Retrato del fin del mundo’ (Alba Editorial) podría parecer una novela sobre la Guerra Civil, pero va más allá. El libro de Carlos Ruiz Caballero (Las Palmas de Gran Canaria, 1960) relata la historia real de un matrimonio anarquista, Margarita Rocha y Néstor Mendoza, explicada desde el punto de vista de ella durante los meses previos al alzamiento franquista en las islas Canarias. El archipiélago, que se convirtió en el centro de la tragedia nacional, a veces ha sido el gran olvidado en los relatos sobre el conflicto español. Un planteamiento poderoso, porque es donde empezó todo, que hasta ahora apenas se había tratado en narrativa o cine.
Ruiz ha presentado la novela este miércoles 3 de abril en la librería Nollegiu de Barcelona acompañado de Álex Sàlmon, director de ‘Abril’, suplemento de libros de Prensa Ibérica, y el escritor y editor Manuel Guedán. El acto también ha contado con la presencia de Idoia Moll, directora de Alba Editorial, y la inesperada aparición de Juan Torres, hijo de Margarita, la protagonista de la historia. «No es una novela de la Guerra Civil, sino del caldo de cultivo de cómo llegamos ahí, la acumulación de fuerzas contradictorias o explosivas», ha apuntado Guedán, narrada desde el realismo mágico.
El camino a la guerra civil
El 6 de marzo de 1937, Margarita Rocha y Néstor Mendoza se casaron en el campo de concentración de Fyffes, en Tenerife, pocas horas antes de que él fuera fusilado. Ella tenía 22 años y él 25. Ambos eran anarquistas. Ese es el punto de partida de la historia. «Solo podía hacer esta novela si mataba a Néstor al principio«, asegura Ruiz. De esta manera, el también profesor de la Facultat de Comunicació de la Universitat Ramon Llull podía relatar la tensión y el vértigo previos a la tragedia desde el punto de vista de ella sola, una mujer «fuerte» que sobrevive «a la frontera de la ejecución».
Aunque el relato «se aleja de la Guerra Civil», realmente «todo está concadenado para que los personajes muestren cómo este país en seis años puede acabar en un conflicto bélico que enfrenta a unos y otros«, ha apuntado, por su parte, Sàlmon, que también ha destacado la «responsabilidad» que ha tenido el periodista al narrar una historia verídica.
La novela huye del discurso y el mensaje político, pero Ruiz ha reivindicado que la sociedad debe «reflexionar sobre el respeto». «Eso significa no caer nunca en el reverso de la dignidad, que es la humillación», ha destacado. La democracia actualmente ha quedado directamente relacionada con la figura de los políticos, pero para el autor, «lo importante en la democracia son aquellos espacios que permiten la conversación entre los seres humanos«. «Sigue habiendo miedo y silencio. Tenemos que luchar para ser una sociedad decente y restaurar el respeto», ha pedido el escritor.
Historia emocionante
La novela relata la historia real de Margarita, por lo que Ruiz se puso en contacto con su hijo, Juan Torres, para pedirle permiso para escribir el libro. «Por el público, tenía que respetar la verdad moral de la historia. Sin el permiso de su hijo no habría escrito esta novela y tengo una deuda enorme con él», ha asegurado el profesor de universidad.
Torres, presente en el acto, ha aprovechado para dedicar unas palabras al escritor. «Lo que está escrito aquí es verdad. Soy Juan, el hijo de Margarita, pero no de Néstor«, ha descubierto, para sorpresa de todos los presentes. Aunque el otro protagonista de la historia no sea su padre, Torres se siente «muy identificado» con él, como si fuera de su propia sangre. Tanto, que decidió llamar a su propio hijo Néstor. «Hoy me he liberado gracias a Carlos y me siento preparado para explicarle a mi hijo por qué se llama así«. Cuando el pequeño nació y le dijo a su madre que se llamaba Néstor, es la primera vez que le vio «una sonrisa de amor y ternura». Néstor fue el gran amor de Margarita. Y Margarita siempre lo recordó.