Xavier Novell, obispo emérito de Solsona, y Sílvia Caballol han pasado por el altar y ya son marido y mujer con el permiso del Santo Padre. Así lo ha explicado la misma Caballol en un escrito en Instagram, que acompaña con cinco fotografías de ambos en su casamiento.
«Creía honesto, después de tanto de tiempo acompañándonos, no ocultaros que Xavier y yo, finalmente, nos hemos podido casar por la Iglesia, gracias a la misericordia del Santo Padre que le ha concedido la secularización. He quedado admirada de la gran calidad humana y espiritual del Papa Francisco. Ha sido un camino largo, pero hemos podido regularizar nuestra situación canónica: casarnos como deseábamos y poder volver a recibir la comunión. Él continúa siendo obispo, pero sin poder ejercer el ministerio», dice el texto de la psicóloga y escritora de novelas eróticas de Súria.
Sílvia Caballol agradece la intercesión del Papa porque la secularización del obispo no era un asunto fácil atendiendo el derecho canónico ni habitual dentro de la estructura de la Iglesia. Sacramentos como el bautismo, la confirmación, el casamiento y la orden sacerdotal, como dice la iglesia católica, imprimen carácter. De hecho, Novel ha sido secularizado, se ha podido casar como deseaba, por al Iglesia, pero continúa siendo obispo.
Novel renunció por sorpresa a su cargo como obispo de Solsona el 23 de agosto del 2021. El motivo, en aquel momento desconocido, no era otro que que el obispo emérito se encontraba en una relación romántica con Caballol. Tres meses más tarde, el 22 de noviembre, la pareja se casó por lo civil, en el juzgado de paz de Súria y, en abril del 2022, Novel se estrenó como padre de gemelas. Ahora, han dado un paso más en su relación y lo han confirmado por la Iglesia católica.
Caballol explica que, «muchos hubieran preferido ocultar esta información, pero siempre he creído que si se está convencido de aquello que hace y siente, hay que apostar por la naturalidad, la normalidad, la transparencia, ir de cara, sin dejar margen a la especulación, y andar bajo la luz. La oscuridad no creo que sea el que merece nuestro amor, ni la Iglesia. Tampoco creo que la ocultación que acompañó la renuncia de mi marido ahora hace dos años y medio, fuera para nada un acierto». Y añade: «Perdonadme todos aquellos que pensáis que habría estado mejor mantener el secreto, pero no puedo continuar obrando como no pienso ni siento. Dicho esto, no puedo hacer otra cosa que mostrar, un golpe más, la belleza del amor».