Los milagros en el fútbol existen y para hacerlos realidad se crearon las competiciones nacionales de Copa. En España hemos visto cómo Unionistas, de Primera RFEF, eliminó al Villarreal. O a la Arandina de Segunda RFEF sacando del torneo al Cádiz CF. Aunque la realidad es que si ya es difícil que un equipo modesto tumbe a uno de los más grandes de su país, que avance dos rondas es prácticamente impensable. Es por ello que la competición más especial de esta temporada está siendo, sin duda, la Copa Alemana. Y es que por primera vez en la historia del torneo, solo un equipo de la Bundesliga ha llegado a las semifinales y no podía ser otro que el Bayern Leverkusen de Xabi Alonso, que no ha perdido ni un solo partido en todo el curso.
Este martes tendrá lugar el primer gran duelo a las 20:45, en una semifinal que enfrentará a Saarbrücken y Kaiserslautern, de Tercera y Segunda División. El primero está siendo la gran revelación de esta Copa. Apodado como el ‘matagigantes alemán’, ha ido tumbando uno a uno a los pesos pesados de la Bundesliga. Primero, al Bayern de Múnich en dieciseisavos, después, el Eintracht en octavos y, por último al Borussia Mönchengladbach, en cuartos. Aunque pocos saben que detrás de este modesto se encuentra un club que creó ‘la primera Champions’ y que goleó al Real Madrid en el Bernabéu.
El segundo finalista se decidirá el miércoles a la misma hora, cuando el Leverkusen se medirá al Fortuna Düsseldorf, de Segunda, que vuelve a una semifinal 28 años después. Otro duelo histórico entre dos equipos del oeste de Alemania, separados solo por 30 kilómetros.
El Saarbrücken, un matagigantes
A las orillas del río Sarre y limitando con la región francesa de Lorena (guarden este dato), la ciudad de Sarrebruck lleva vibrando desde hace unos meses. Y todo gracias al papel del Saarbrücken en la Copa alemana, que no es precisamente el equipo más fuerte de su categoría. De hecho, son décimos en la clasificación y hace cuatro años militaban en la Cuarta División.
La épica comenzó el 1 de noviembre, cuando la noche de Halloween se alargó 24 horas para el Bayern de Múnich, que cayó eliminado por 2-1 tras dos tantos que remontaron el gol inicial de Müller, el último en el minuto 96. No contentos con esto, acabaron también con el camino copero de otros dos equipos de Primera para meterse en semifinales. Al Eintracht lo aniquilaron con un solvente 2-0 y al Monchengladbach por un 2-1. El tanto de la victoria también llegó, esta vez, en el descuento.
Dos partidos son los que los separan de alzar la gloria y lo mejor de todo es que saben cómo hacerlo, ya que de hazañas que quedan grabadas en la memoria de los aficionados al fútbol saben, y mucho. Curiosamente, su rival en semifinales es a priori el más ‘sencillo’ de todos a los que se ha enfrentado: el FC Kaiserslautern, equipo de la Bundesliga 2. Otra vez en casa. Otra vez con motivos para creer en la victoria.
Ya en la temporada 2019/20 alcanzaron las semifinales del torneo, dejando atrás al Jahn Regensburg en primera ronda, al Colonia en la segunda, al Kahrlsruher en los octavos de final y a Fortuna Düsseldorf en cuartos. Destino o casualidad, fue el Bayer Leverkusen quien los privó del sueño de pisar el Olímpico de Berlín. Ahora quieren reencontrarse con los de Xabi Alonso en la final, porque aunque los del técnico español estén reinando en el fútbol alemán este curso, ellos no se están quedando atrás.
Un equipo ‘sin patria’
El Saarbrücken fue fundado oficialmente en 1909 y a sus espaldas esconde una historia de vetos y piedras en el camino. El primero de sus problemas llegó tras la Segunda Guerra Mundial. Las heridas del conflicto seguían abiertas y los clubes de Alsacia y Lorena, forzados a disputar la Gauliga (nominación de la máxima categoría de fútbol alemana) durante la ocupación nazi, se negaron a admitir al Saarbrücken argumentando que «los ciudadanos del Sarre nunca serían alemanes». Así, entre 1947 y 1956, el territorio sarrense fue ocupado por los galos, conformando así el Protectorado del Sarre.
Por ello, durante la temporada 1948/49 jugaron en la Ligue 2. Y como llevan la épica impregnada en sus raíces, ganaron esa misma campaña la competición francesa. Sí, este modesto club alemán quedó por delante de históricos como el Girondins Bordeaux (2º), RC Lens (3º), Le Havre (5º), Nantes (9º), Olympique de Lyon (10º) o el Mónaco (12º).
Aunque ser campeones les daba derecho a disputar la Ligue 1 y su fútbol eléctrico se ganó el respeto de Jules Rimet, el aval del expresidente de la FIFA y de la Federación del país no fue suficiente para que los equipos de Primera le abrieran las puertas de la Ligue 1. Así que fueron, vieron, vencieron y tuvieron que volver a Alemania.
Crearon ‘la primera Champions’ y golearon 0-4 al Madrid en el Bernabéu
Repudiados por Francia, el siguiente obstáculo era que su nivel era demasiado alto para la humilde liga sarrense. Fue entonces cuando el equipo tiró de ingenio. «Necesitamos subsistir, ¿y si nos inventamos una competición entre los mejores equipos de Europa?«, debieron pensar en aquel momento. Dicho y hecho. En 1950 nació la llamada Copa Internacional del Sarre, una competición que dotaba con dos millones de francos al ganador, lo que atrajo a los grandes clubes de Europa y se convirtió en el precedente de la Copa de Europa, antecesora de la Champions League.
Ese mismo año, los germanos desplegaron su primer recital en una gran cita. En Anfield se impusieron por 1-4 con ‘hat-trick’ de su ariete Herbert Binkert, quien llegó a denominar al Saarbrücken como «el mejor ministro de exteriores del Sarre». En febrero de 1951, los alemanes también le endosaron un 0-4 al Real Madrid en el recién inaugurado Chamartín. Desde hace ya 70 años no había gigante que se les resistiera.
La UEFA no olvidó la contribución del Saarbrücken en la consolidación de los enfrentamientos entre los mejores equipos del continente, así que invitó al campeón sarrense a disputar la primera edición de la Copa de Europa. El escenario de su debut tenía que estar a la altura de su prestigio: San Siro. Allí dio sus últimos compases de gloria, que quedaron grabados en su particular libro de historia, superando a un Milan que contaba en sus filas con Nordahl, Liedholm y Schiaffino por 3-4, tras remontar un 3-1.
A pesar de su hegemonía futbolística, el rechazo masivo del llamado Estatuto del Sarre en aquel año (1955) hizo imposible la anexión de la región a la República Federal de Alemania, lo que supuso una dinamita para el club. El equipo empezó a perder a sus mejores efectivos ante la negativa de sus dirigentes a profesionalizarse y Europa se fue olvidando poco a poco de aquella escuadra extraordinaria, sin patria y que actualmente lucha por sobrevivir en la Tercera División alemana. Pero que sigue en su interior contando con ese espíritu de ‘David’, para luchar contra cualquier ‘Goliat’ que se presente. El siguiente, el Kaiserlautern.
Kaiserslautern y Fortuna Düsseldorf: modestos con mucha historia
La Copa Alemana de esta temporada parece haberse propuesto no aceptar a ningún equipo que no cuente con una historia digna de película de Spielberg a sus espaldas. Por si lo del Saarbrücken no fuera suficiente, en su territorio aterrizará este martes el Kaiserslautern, un histórico que hace año y medio militaba en Tercera. La Copa es ahora su esperanza para volver al radar internacional.
El histórico conjunto que en 1998 ganó la Bundesliga se metió en los cuartos de final con una victoria por 2-0 frente al Nuremberg, en el primer partido de su nuevo entrenador, Dimitrios Grammozis. El equipo de Renania tiene su esperanza puesta en esta competición, ya que en liga se encuentran decimoquintos, a solo un punto del descenso.
En el otro lado del cuadro se encuentra otro histórico de la Segunda División alemana, el Fortuna Düsseldorf. Y es que el que fuera campeón en los años 1979 y 1980, parece empeñado en despertar sus viejas costumbres y volverá a disputar, 28 años después, las semifinales de la Copa de Alemania, tras imponerse por 3-4 al St.Pauli en la tanda de penaltis.
El Leverkusen, único ‘Goliat’ en pie
El único equipo de la Bundesliga que opta a levantar el título es el Bayer Leverkusenlos de Tuchel han levantado en los últimos 11 años
Su última gran hazaña fue el pase a cuartos de la Europa League. Cuando parecía que iba a llegar el momento de la primera derrota del curso, los alemanes convirtieron el 1-2 en un 3-2 en cuatro minutos, gracias a dos tantos de Patrik Schick en el minuto 93 y en el 96. Lo de las épicas remontadas en el descuento lo trajo Xabi Alonso de casa y parece haber recalado en sus pupilos.
Gran parte de este derroche de calidad se debe a que si como futbolista se caracterizaba por la calma y el control del balón, como entrenador está apostando por un sistema que favorece mucho más la velocidad. Para ello tiene a una de las duplas más letales de Europa: sus dos laterales (Grimaldo y Frimpong) que están poniendo de moda ‘la sociedad de los carriles’, siendo una de las parejas que participa en casi tantos goles como los mejores atacantes de Europa, anotando 22 goles en lo que va de temporada.
En definitiva, en este torbellino de emociones y épicas gestas, el FC Saarbrücken ha resurgido de sus cenizas como un verdadero matagigantes en la Copa alemana. Desde su humilde posición hasta enfrentarse a equipos de renombre y hacerles frente. Al otro lado se encuentran dos equipos cuya historia ha estado marcada por obstáculos y desafíos. Y luego está el Bayern Leverkusen, que ha pasado de coquetear con el descenso a aspirar a todo en un año.
Cada oveja con su rebaño y cada rebaño con su particular historia detrás. Y todos con un denominador común: llegan con ansias de títulos. Y es que los cuatro equipos semifinalistas, o no han ganado nunca la Copa o ya hace más de dos décadas de su último triunfo (Leverkusen, 1993; Kaiserslautern, 1996 y Düsseldorf en 1933) La Copa alemana de este año está siendo un reflejo de la esencia misma del deporte, donde el espíritu de lucha puede superar cualquier suposición racional. Competiciones como esta son las que nos recuerdan que en el fútbol, como en la vida, no hay límites para lo que se puede lograr con determinación y corazón.