Katy Perry saltó a la fama hace ya más de quince años y, a diferencia de otras artistas de la época, ha conseguido mantenerse como un icono. Lo demuestra el hecho de que hace cuatro años que no saca disco y que hace una década que no alcanza los números en los que solía moverse. La industria (y las nuevas estrellas del pop) le han pasado por encima, y ella misma ha expresado su frustración al ver que su trabajo ya no recibe ni las críticas ni el público que recibía antes.
Sin embargo, sus últimas apariciones públicas parecen dejar un mensaje claro. Ni Katy Perry, de 39 años, es quien era ni está anticuada o pasada de moda. La cantante ha dejado al mundo con la boca abierta gracias a algunos de sus últimos estilismos en los Premios Billboard Women in Music 2024 o en los iHeartRadio Awards.
Dos estilismos que quitan el hipo
En los primeros, Katy Perry lució un conjunto de falda y corsé de Ellie Misner que tenía una sorpresa. Por detrás la falda se abría con una lazada dejando a la vista un tanga de hilo negro y un falso tatuaje de mariposa en la zona lumbar. Pocas cosas más dosmileras se vieron en la alfombra roja después de semejante apuesta tan difícil de igualar.
En el segundo, que ha sido este mismo domingo, apostó por una de las tendencias de este último año: el naked dress. Entero de rejilla negra y con los lados abiertos unidos solo por lazos rojos, Katy Perry demostró que sus últimas elecciones estilísticas vienen para quedarse.
Es evidente que la cantante ha vivido un cambio físico sustancial después de haber sido madre de su hija Daisy en agosto de 2020. Está visiblemente más delgada, pero lo que llama la atención no es su cuerpo sino cómo lo muestra. A lo largo de su carrera, aunque nunca ha tenido miedo de ser sexy o de la desnudez, su estilo ha estado siempre caracterizado por su toque excéntrico.
Inolvidables son su estilismo de hamburguesa en la Met Gala de 2019 o el de una lámpara el año anterior. Sus innumerables opciones de sujetadores y tops con dos objetos redondos (ya sean cupcakes, sandías o cintas de vídeo, por nombrar algunas) en el pecho.
Una carrera que comenzó en la ingenuidad
Su debut demostraba que dentro de esa joven de enormes ojos azules y figura de infarto había una cantautora. One of the boys, publicado en 2008, era el epítome de lo que ahora se llama en internet una pick me girl, una chica que lo hace todo para conseguir la atención de los hombres. Pero con inteligencia y letras de lo más agudas, la artista se abrió un hueco en la industria musical de finales de los 2000.
Su historia no pasaba desapercibida: hija de un pastor cristiano, esta artista que cantaba sobre haberle dado un beso a una chica parecía rompedora. Además, su imagen ingenua y sus letras
La energía de ese primer álbum se transformó en Teenage Dream, que este año cumplirá 14. Su estética que mezclaba lo camp con lo vintage fueron parte del triunfo que, junto con las letras divertidas y las melodías pegadizas, la convirtieron en un ídolo de la década pasada. Sus videoclips forman parte de una era dorada del género en la que cada publicación se observaba y disfrutaba como una pequeña película.
El fracaso de sus últimos álbumes
Después de Teenage Dream, en 2013 Katy Perry sacó PRISM con cierto éxito, pero sin conseguir igualar el anterior. Después llegaron Witness y Smile, que pasaron todavía más desapercibidos. De hecho, ninguno de los dos alcanzó los números que llegaron a ver discos anteriores, tal y como se puede ver en los datos que ofrece Spotify.
«Después de Witness, que fue mi último álbum, estaba muy triste y clínicamente deprimida», aseguró Katy Perry en una entrevista con la edición australiana de The Morning Show. «Me sentí muy insegura y tuve que hacer un proceso, tanto emocional como espiritual y psicológicamente para entender por qué necesitaba tanta validación», confesó. «Tuve que darme cuenta de que mi carrera no es mi vida entera, es solo una parte de quién soy», compartió la cantante.
Algunos medios publicaron en diciembre que el nuevo disco de Katy Perry, el sexto de su carrera, está ya terminado y se anunciará en los próximos meses. La cantante está dando algunas muestras de cómo será su nuevo trabajo, que dicen que será el «más personal» de su carrera. Está por ver si tendrá éxito, pero la artista ya ha trabajado su salud mental para centrarse en el lado creativo sin preocuparse por el qué dirán. Y la muestra está en sus estilismos, de lo más atrevidos.
Pero por el momento, sus fans parecen estar disfrutando de esta «nueva era» dosmilera con la que planea conquistar a la generación Z y volver a enamorar a sus seguidores de siempre.
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