José Luis Olivera, el que fuera jefe de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF), ha intentado desvincularse del caso Kitchen, en el que ha sido procesado, amparándose en que fue uno de los impulsores de la investigación de Gürtel y sosteniendo incluso que fue apartado de la misma por el Partido Popular. Eso es, al menos, lo que argumenta en su escrito de defensa, al que ha tenido acceso EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, del mismo grupo editorial, y en el que se rebate que el excomisario tuviera algo que ver con lo que está investigando el juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón.
Según sostiene su abogado, Olivera no tuvo «relación alguna con la conocida como operación Kitchen», la trama urdida presuntamente por el también comisario José Manuel Villarejo para sustraer información sensible a Luis Bárcenas, extesorero del PP y quien llevaba la contabilidad «extracontable», como la definió en el juicio, del partido.
En ese sentido, el exjefe de la UDEF asegura que no tuvo conocimiento ni participó en la trama, y que solo supo de ella por lo que se contó en los medios de comunicación. Sin embargo, en agosto del año pasado, tal y como informó este periódico, la justicia confirmó la decisión del Ministerio del Interio de expedientar a Olivera por «filtrar» supuestamente datos sensibles del caso Gürtel y participar en la operación Kitchen que se cocinó presuntamente dentro de ese mismo ministerio bajo la mirada de Jorge Fernández Díaz.
Olivera, sin embargo, considera que fue el Gobierno del Partido Popular el que decidió relevarle de su jefatura de la UDEF justo cuando se produjo el cambio de gobierno en 2012 y precisamente por haber impulsado y desarrollado la investigación que dio lugar al caso Gürtel, razón por la que, en teoría, no tendría sentido que ayudase al mismo partido a frenarla.
No obstante, dentro de la investigación constan reuniones entre personas relevantes de la trama, incluyendo a Villarejo, al que supuestamente el expolicía habría dado información sensible que este transmitía luego al partido. Ambos, Villarejo y Olivera, dice la defensa, se conocieron en el año 2000 como un agente en situación de excedencia que hacía colaboraciones para la propia policía desde fuera del cuerpo.
En un auto del 19 de junio de 2023 al que tuvo acceso este periódico, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid recordó sin embargo que el juez instructor de la operación Kitchen, Manuel García Castellón, especificó que Olivera, «policía en activo, conoció de unos hechos delictivos y no los denunció en tanto agente de la autoridad«. Y estos hechos, recuerdan los magistrados, son los que motivan la incoación del expediente disciplinario que podrían constituir unas faltas administrativas, pues este comisario principal «sigue perteneciendo a la Policía Nacional en un cargo importante y esencial (comisario principal)«.
Además, el escrito constata que la continuidad del exjefe de la UDEF podría atentar al interés del servicio y la integridad de la función pública «dada esa posición en la jerarquía policial y su amplio conocimiento del cuerpo«.