“Mi primo se compró una casa hace poco por 12.000 euros. Estaba muy bien, para entrar a vivir casi. Es una morada, eso sí, el patio lo tienes que compartir con los vecinos, como las corralas de Madrid. Igual por eso son tan baratas las casas aquí, aunque no es algo extraño, antiguamente yo recuerdo que todas las casas estaban abiertas, y no pasaba nada. También están tan baratas porque hay muchas vacías”. Pepe, unos 50 años, va con paso acelerado no vaya a pillarle una de las granizadas que cada pocos minutos cae esta mañana sobre Villanueva de los Infantes (Ciudad Real), en la comarca de Campo de Montiel. Una localidad de 4.775 habitantes incluida dentro de los Pueblos más Bonitos de España. Y sin duda lo es.
A varios kilómetros de distancia, mientras uno recorre con el coche las infinitas rectas de la carretera comarcal CM-3127, ya despunta a lo lejos la impresionante Iglesia de San Andrés Apóstol, construida en 1520 con estilo gótico y un precioso color ocre. En su interior está enterrado Francisco de Quevedo. Este es sólo uno de los muchos edificios históricos muy bien conservados que hicieron que en 1974 el municipio fuera declarado conjunto histórico-artístico. Ahora la localidad vuelve a ser noticia, pero por un motivo bien distinto. Según un informe del portal inmobiliario Idealista, tiene el metro cuadrado de vivienda más barato de España: 449 euros.
«Si el pueblo es una joya», suelta Mercedes, que está tomando un bitter kas en el bar la Plaza, en los soportales frente a San Andrés, con su amiga Rosa, «pero cada vez somos menos. La gente con 18 años huye, y ya solo quedamos los padres y los abuelos, por eso las casas están tan baratas [el pueblo ha perdido más de 730 vecinos en diez años]». «Pues yo no las encuentro tan baratas, la casa donde estoy ahora no tiene ni pozo ni patio y estoy buscando una con patio, pero barato no hay nada», replica Rosa, cuya familia era de aquí y se vino a vivir desde Madrid hace poco.
– ¿Cómo que no? … Mira, yo te vendo la casa de mi tío Manolo, debe tener cerca de 200 metros cuadrados, con patio de tres vecinos. Es una casa de época, muy bonita. Por 60.000 euros-, responde Mercedes, medio en broma medio en serio.
Casa para reformar
En la localidad hay dos inmobiliarias, Dual e Infagestiona. No les falta trabajo. En Infogestiona, la casa más barata tiene 82 metros cuadrados y cuesta 12.500 euros, aunque hay que reformarla. “En este caso tiene algunas humedades, y hay que pintar y arreglarla. Igual el arreglo del tejado te sale más caro que la casa”, aprecia la encargada, Manuela Aunión, que señala que muchas de las casas que se venden necesitan arreglos.
De lo que más hay son las llamadas moradas, edificios con una sola entrada -normalmente un portalón de madera- y dos plantas donde se comparte el patio rectangular. Algunas son históricas. Tienen más de 300 años. “Eso tenía la mía cuando la compré”, cuenta Damián, guía turístico que adquirió la suya hace poco y le está haciendo reformas. “Fue económica sí, porque es pequeña, son 60 metros cuadrados, pero hay que meterle mucho. Le quité los muros y la he puesto como un estudio. Le he puesto baño, que no tenía, estaba en el corral, y le ha sacado una cocina donde estaba la chimenea”, señala Damián, que tuvo “cierta suerte” porque durante las obras descubrió un artesonado de madera tapado en el techo “bastante antiguo” y que ha rehabilitado.
Inspiración de Cervantes
Según explica, las casas en el pueblo “no pueden tener precios altos” aunque sean muy grandes. “Enfrente de mi casa hay una de 2.000 metros cuadrados que era un palacio, y costó 100.000 euros. Eso sí, el arreglo de la casa cuesta más que la casa, pero si te gusta lo antiguo y restaurarlo es interesante”, cuenta. En su caso, su morada mantiene las piedras antiguas, y el empedrado original. Un buen ejemplo de morada es la Casa del Caballero Verde Gabán, muy cerca de la plaza, y que aparecería descrita por Cervantes en el capítulo XVIII de la segunda parte de ‘Don Quijote de la Mancha’.
Visitable en la actualidad, aunque hay vecinos viviendo dentro, en su interior hay un bello patio al estilo castellano, con pórticos sobre columnas toscanas con zapatas. Las galerías superiores mantienen la estructura de madera y no falta el típico pozo y la entrada de la cueva. Sus inquilinos conservan un mobiliario antiguo y unas plantas que recuerdan a siglos pasados. Porque en Villanueva hay historia en cada casa, en cada calle.
Como la celda del convento de Santo Domingo, donde murió Quevedo; los Palacios de Revuelta, Don Manolito, o de los Ballesteros, del siglo XVI; o La Casa de los Estudios, un antiguo colegio que ahora alberga un “circuito científico de hechos verificables” sobre don Quijote, donde se explica porque numerosos académicos creen que el lugar del que partió el hidalgo caballero, el “lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme”, era precisamente Villanueva. Así lo atestiguó, de hecho, un estudio de un equipo multidisciplinar de profesores de la Universidad Complutense de Madrid en 2004, que durante dos años estudiaron la obra magna de la literatura española y usaron un método científico de medición de distancias que aparecían en la novela para situar el origen de las andanzas de El Quijote aquí.
Jubilados que vuelven
“La verdad es que la gente que busca casa no suele querer morada, prefiere la casa sola”, prosigue Manuela, de la inmobiliaria, que apunta que los potenciales clientes son o parejas jóvenes que se acaban de casar o jubilados que vienen de fuera, y “quieren una segunda residencia”. “Hay gente también que compra casas viejas, las reforma y las alquila”, cuenta la vendedora de Infagestiona, cuya casa más cara a la venta es una de 290 m² con piscina por 220.000 euros.
Según explica Manuela, varios vecinos y confirman desde el propio Ayuntamiento, las moradas son tan baratas porque luego a la hora de reformarlas hay que respetar una serie de normas urbanísticas si están en el casco antiguo y están protegidas por su valor patrimonial, y hay exigencias que echan para atrás. Por ejemplo, hay que usar teja árabe curva, persianas de madera, materiales nobles (madera, hierro)… “La fachada tiene que ser blanca, y tampoco puedes poner el aire acondicionado en la fachada. Al final, de barato nada”, comenta una trabajadora municipal. “Eso es verdad, pero el Ayuntamiento da ayudas para la reforma”, tercia Antonio, vecino de siempre del pueblo, que cree que es “una pena que estén tan baratas las casas. Por 60.000 euros te puedes hacer con una muy, muy buena casa”.
“Es normal que haya casas vacías porque es que los jóvenes ya no se quedan, no hay demanda. Hay calles enteras deshabitadas. Si es que ya no hay empleo, no hay industria, antiguamente solo la fábrica de harina daba trabajo a 80 personas, y ahora solo hay una cooperativa de aceite y vino”, cuenta Rosario, cerca de la Plaza del pueblo, donde se ven varios turistas fotografiándose con el monumento a El Quijote y Sancho. Varias tiendas venden productos turísticos referentes a la obra de Cervantes, cuya preferencia por Villanueva se lleva aquí a gala.
De hecho, desde el Ayuntamiento, que está haciendo un esfuerzo por impulsar el turismo -el año pasado vinieron aquí 38.789 turistas, principalmente gente de mediana edad con nivel cultural medio-alto-, admiten que se podrían abrir más negocios enfocados a ello “y funcionarían”, ayudando a luchar contra la despoblación que se sufre en toda esta zona de Castilla La Mancha. “El turismo está por explotar”, aseveran desde la concejalía de Turismo de la localidad.